Page 60 - Manual de Convivencia Escolar 2018 – 2019
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Manual de Convivencia Escolar 2018 – 2019



              Los delitos sexuales a niños, niñas y adolescentes son un tipo de maltrato infantil que se da en
              todas las sociedades, culturas y niveles educativos, económicos y sociales. Se refiere a cualquier
              comportamiento de naturaleza sexual a la que se expone o somete a una persona menor de 18 años
              caracterizada por la falta o vicio en el consentimiento.

              Como  elemento  esencial  encontramos  el  uso  de  la  fuerza  o  el  poder  que  la  víctima  no  ha
              consentido o no está en condiciones de consentir. Es por esto que por violencia debemos entender
              no sólo el uso de fuerza física, sino que también todo tipo de coerción, ejercicio de presión, abuso
              de  autoridad  o  confianza,  engaño  y,  en  general,  cualquier  conducta  que  esté  encaminada  a
              determinar o doblegar la libre voluntad de la víctima, ya sea en forma directa o con el uso de la
              tecnología e internet.

              En el caso de los profesores o funcionarios de establecimientos educacionales, el contacto sexual
              o afectivo (de pareja) con un alumno está totalmente prohibido, dada la relación asimétrica  y de
              dependencia de él (la) estudiante.

              El  diagnóstico  ante  una  sospecha  o  denuncia  de  delito  sexual  es  una  tarea  difícil,  ya  que  las
              señales físicas del abuso suelen aparecer en una parte muy pequeña de casos confirmados, siendo
              también  muy  poco  frecuente  que  el  agresor  reconozca  haber  cometido  el  delito.  Aun  así,  es
              recomendable  presentar  la  enumeración  de  ciertos  factores  que  pueden  ser  útiles  en  el
              reconocimiento de un delito sexual, especialmente si se presentan varios de ellos a la vez.

              Signos físicos y psicológicos de sospecha en el niño, niña o adolescente víctima de maltrato o
              abuso sexual (cuando no son atribuibles a otras circunstancias):


                Dificultades para andar o sentarse.               Baja autoestima y valoración personal.
                Dolores abdominales o pelvianos.                  Culpa o vergüenza extrema.
                Ropa interior rasgada y/o manchada                Retrocesos  en  el  comportamiento  en
                                                                    comparación a otros niños de su edad.
                Dolor o picazón en la zona genital.               Inhibición o pudor excesivo.
                Infecciones genitales y urinarias.                Reticencia al contacto físico.
                Hemorragia vaginal en niñas pre–púberes.          Aislamiento. Se vuelve retraído y tímido.
                Lesiones, cicatrices, desgarros o magulladuras    No quiere cambiarse de ropa para hacer
                 que no se explican cómo accidentales.              gimnasia,  o  pone  dificultades  para
                                                                    participar en actividades físicas.

                Infecciones de trasmisión sexual.                 Comete acciones delictivas.
                Dificultades  en  la  defecación  y  no  debidas  a    Intentos   o   ideación   suicida;   o
                 motivos de alimentación.                           autolesiones.
                No  controla  esfínteres  en  niños  que  ya  han    Conducta  sexual,  verbalizaciones  o
                 controlado primariamente.                          juegos sexuales no acordes a la edad.
                Trastornos alimenticios, dolores abdominales,    Aparición  de  temores  repentinos  e
                 fatiga crónica.                                    infundados a una persona en especial.
                Cambio repentino de la conducta.                  Indicios de posesión de secretos.
                Baja repentina de rendimiento escolar.            Resistencia a desnudarse y a bañarse.

                Depresión, ansiedad, llantos frecuentes.          Problemas  de  sueño,  como  temores
                                                                    nocturnos y pesadillas.













              “Crecer es avanzar y no detenerse jamás”                                             Página 60
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