Page 5 - Trabajo Final - Innova-Prof
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exageran en su publicidad respecto a cómo la neuroimagen puede identificar fenómenos
complejos como el amor.
Para Morin (2011) el neuromarketing es incipiente, nace en el 2012. La preocupación
alrededor de la novatez del neuromarketing no cesa ahí, según apunta Javor et al (2013)
se podría estar de frente a problemas éticos producto de la escasa formación de los
investigadores de mercado en la neurociencia cognitiva y a los problemas de privacidad
generados por el uso de neuroimagen con fines comerciales. De acuerdo con Morin
(2011), se ha generado un temor respecto a la posibilidad de modificar nuestras
percepciones por debajo del nivel de conciencia.
La encontrada realidad de los mercadólogos es evidente, los métodos tradicionales de
investigación de mercados son limitados, deben confiar en la veracidad de la información
que obtienen de las personas que estudian, respecto a una oferta de marketing
determinada. Las respuestas de los sujetos de estudio se ven afectadas por
sentimientos, incentivos, deseabilidad social, limitaciones de tiempo entre otros. Con lo
anterior, el estudio es impreciso y se reviste de subjetividad; mientras tanto, el
neuromarketing se presenta como una alternativa más “científica”, revestida de
objetividad (Morin, 2011).
Para Morin (2011), se puede concebir al neuromarketing como una forma de observar el
comportamiento del consumidor desde la perspectiva del cerebro. Los estudios son
practicados a reales y a potenciales consumidores, según sea el fin del estudio. Entre
los métodos para realizar las lecturas del cerebro se tiene el uso de máquinas de
resonancia magnética (p. 132); para analizar cómo influyen las emociones en los
comerciales audiovisuales se mide la actividad eléctrica cardíaca y en la dermis de los
sujetos en estudio (Baraybar, Baños, Barquero, Goya, de la Morena, 2017, p.19).
Javor et. al (2013) analizan casos de empresas que ofrecen servicios de neuromarketing
mediante el uso de imágenes de resonancia magnética (fMRI) y magneto
electroencefalografía (MEG); los emplean para estudiar el sistema de recompensa.