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138| En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Cuatro: El regalo de la vida
hay más grande necio que el pecador, porque a la
persona inteligente ni siquiera se le pasa por la cabeza
la opción de transgredir.
Viejo – significa que la persona tiene la sensación
de que es incapaz, de que no le va bien en nada, y
piensa que ya hizo el intento y no tuvo éxito; que ya
se le pasó toda la vida y no le fue bien, que todo está
perdido, que no tiene remedio. Esta persona perdió
toda la esperanza de cambiar alguna vez e incluso si
logra hacer algo, es con sensación de pesadez, como
un viejo que apenas puede moverse.
No seas viejo
¡Qué dolorosa es la vejez! Esto es algo que podemos aprender
de la historia de un joven que vino a verme hace un tiempo,
que se encontraba en muy mal estado espiritual. El joven me
contó todos los problemas que había tenido, lo débil que se
sentía, etc. Yo le dije así: “Tú eres muy joven. Tienes toda la
vida por delante. Te propongo que hagas borrón y cuenta
nueva”. El muchacho pensaba que ya era demasiado tarde
para empezar de nuevo, y que las transgresiones que había
cometido eran demasiado graves, y que ya había hecho el
intento y no lo había logrado, etc. Yo insistí en que él tenía
que empezar otra vez desde cero.
Este muchacho, a pesar de ser muy joven en términos de
edad, en realidad se comportaba como un viejo y ya había
perdido toda esperanza. No quería escucharme. Yo no podía
fortalecerlo, porque no se puede fortalecer a alguien que cayó
en la vejez espiritual. Si él hubiera querido aprender el secreto
de la renovación, ciertamente habría podido sobreponerse a
todas las dificultades. De hecho, no es necesario esperar a
caer del todo para renovarse, porque entonces resulta más
difícil ponerse de pie. Cada persona tiene que acostumbrarse
a renovarse todo el tiempo. Y tiene que tomar la decisión de
que vuelve a nacer a cada momento.
| 135 renovación, tal como está escrito: “Ellas se renuevan esto que la emuná perfecta en Hashem, y la emuná es No existe ninguna otra forma de salvarse de todo Natan en Likutey Halajot: no existe la desespera
estaba de un lado del río y todo el resto del mundo estaba
del otro lado, por así decirlo. Abraham tuvo que enfrentar a
grandes y poderosos adversarios, idólatras, etc. A primera
vista, uno pensaría que esto no tiene nada que ver con
nosotros. Pero si nos fijamos bien, vamos a ver que la clave de
la felicidad radica en la capacidad de hacer caso omiso de lo
que hacen los demás y concentrarse en lo que uno mismo tiene
que hacer, en lo que Hashem espera de él, en las alusiones
que Hashem le hace todo el tiempo, en el camino por el que
lo conduce. Cada uno debe tener frente a sí la imagen del
Simple, al que no le iba bien en nada pero a pesar de todo no
se dejaba confundir por nadie y no se asustaba de nada, ya
que tenía muy claro que no debía dejarse llevar por los demás.
Él sabía que tenía que fijarse únicamente en lo que él mismo
hacía, y en la forma en que Hashem lo conducía.
“Y contarán para ustedes…”
Esto es lo que enseña Rabí Natan en Likutey Halajot (Leyes de
Pesaj 9:22):
Eso es “Y contarán para ustedes” – para ustedes
mismos, precisamente para ustedes mismos. O sea
que cada uno tiene que contar la Cuenta del Omer,
que equivale al concepto de fortalecimiento espiritual,
para sí mismo, tal cual es. Y no debe debilitarse
pensando que sus congéneres son mucho mejores que
él, porque si bien es bueno pensar que los demás son
mejores que uno mismo, si eso hace que uno no se
valore a sí mismo, entonces eso no es humildad sino
un sentimiento de superioridad.
Está prohibido tener segundos pensamientos sobre
Hashem, porque quién sabe de dónde viene la otra
persona y a qué lugar la conducen sus actos, ya que
ninguna persona se parece a la otra. Aquel que quiere
salir de su impureza, que es todo el objetivo de la