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 150|   En el Jardín de la Sabiduría  Capítulo Cuatro:  El regalo de la vida   | 155  de mí. Cumplir Tu voluntad, mi Dios, deseé”.  tal como está escrito: “En el Rollo del Libro está escrito   señal de que busca cumplir con la voluntad de Dios,   lo que aprende y reconoce su propia pequeñez, eso es   en
 de  aquel que mira con malos ojos el éxito de su prójimo.   En el momento en que uno decide empezar de nuevo, el Instinto
 La  enseñanza  se  refiere  a  algo  completamente  diferente:   del Mal entra en un “estado depresivo” y no puede respirar
 cuando uno ve que su amigo logra estudiar con persistencia   o moverse, porque el Instinto del Mal constantemente le dice
 o cuando ve que las plegarias del otro son respondidas, eso   a la persona: “¡Mira lo que has hecho! ¡No tienes remedio!
 le demuestra que el éxito no es imposible y entonces cobra   ¡Estás perdido!”, pero si uno le responde: “¡Un momento! ¿De
 fuerzas y empieza a creer en sí mismo y se fortalece su anhelo   qué estás hablando? ¡Yo recién acabo de nacer!”, entonces el
 de alcanzar el éxito él también, pero en su propio ámbito, no   Instinto del Mal no tiene qué decir, porque ¿qué le va a decir
 “imitando” al otro. Porque el éxito del otro es en otro ámbito   a alguien que acaba de nacer?
 completamente diferente del suyo. No sólo que el éxito del
 otro no le molesta en lo más mínimo sino que incluso le   Vemos entonces que lo único que puede derrumbar a la
 produce alegría, y finalmente también es para su propio bien,   persona es cuando se estanca en el pasado. “Vejez” no es tener
 ya que cada logro verdadero contribuye al mejoramiento del   noventa años. Vejez es sentir que uno ya no tiene esperanza,
 mundo entero y finalmente le será de utilidad también a él.   que no tiene futuro, que no tiene fuerzas ni para moverse…
 Es por eso que este concepto de “envidia de sabios” no tiene   aunque tenga solamente dieciséis.
 nada que ver con la competitividad ni el odio.

           Borrón y cuenta nueva

 Abraham era uno  El poder de la renovación es tal que incluso es capaz de

 Este principio de que no debemos fijarnos en los demás lo   rectificar todos los comienzos malos que uno tuvo en su vida,
 aprendemos del Likutey Moharán de Rabí Najman:   tal como enseña Rabí Najman en la lección 62 del Likutey
           Moharán:


 “Abraham era uno (Yejezkel 33)” se refiere a que Abraham   Lo esencial es el comienzo. Por lo tanto, hay que
 sirvió a Hashem considerándose a sí mismo solo y   empezar cada vez de nuevo, porque si el comienzo
 separado de todo el resto de las personas, como si   no fue de la manera apropiada, entonces todo lo que
 fuera la única persona que existiera en el mundo. Él   viene después tampoco lo será. Porque todo va según
 no se fijaba en absoluto en lo que hacían los demás,   el comienzo. Por lo tanto, hay que empezar cada vez
 que se alejaban de Hashem y no Lo conocían. De   de nuevo, con gran entusiasmo y nuevas fuerzas para
 la misma manera, la persona no puede empezar a   el servicio Divino, de modo que su servicio Divino
 servir a Hashem a menos que actúe como Abraham,   sea apropiado, conforme a la fuerza del comienzo. Y
 o sea, sin prestar atención a aquellos que pretender   cada vez hay que fijarse si tal vez el comienzo no fue
 impedirle que se acerque a Hashem, ya sea su padre   apropiado, y hay que empezar cada vez de nuevo.
 o su madre, su suegro, su mujer, sus hijos, o cualquier
 otra persona que se burle de él.

 Nuestro patriarca Abraham no se dejó confundir por nadie   Si el comienzo no fue el mejor, no hay que preocuparse.
 ni por nada y es por eso que en hebreo se lo llama “el ivrí – el   Simplemente declaramos un nuevo comienzo. Cada vez
 hebreo”, que significa “el que está del otro lado”, porque él   que declaramos un nuevo comienzo, lo hacemos con más
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