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         14|   En el Jardín de la Sabiduría  - 3 -  de la Torá  Rabino Ovadia Yosef  días. Amén.  Y que venga pronto el Mashíaj, muy pronto en nuestros   de sus descendientes.  muchos años de vida placentera y que tenga mucha felicidad   la Torá hasta su ancianidad y que Hashem le agregue   Es mi plegar

         En otra ocasión, un gran noble fue a verlo con una gema muy                      sería su despacho y dio órdenes de construir un extravagante
         valiosa proveniente de un país lejano. También le trajo otra                     palacio con murallas dignas de un ministro semejante. El
         piedra con un grabado. Y le pidió al Sabiondo que copiara                        Rey le entregó una carta en la que se daba testimonio de su
         la imagen de la piedra grabada a la gema. Él la copió con                        designación como primer ministro. Y así fue: le construyeron
         total exactitud, a excepción de un pequeño error que nadie                       los edificios en el lugar que había mandado el Rey y él fue y
         más iba a poder discernir fuera de él mismo. El noble fue a                      aceptó su cargo con plena autoridad.
         recibir la gema y estaba muy complacido con el trabajo pero
         el Sabiondo sufría intensamente a causa del error: “Con lo                       Ahora  bien:  el  Sabiondo,  al  recibir  la  carta  del  Rey,  le
         grande que es mi sabiduría… ¡y aun así fui capaz de hacer un                     respondió  al  astuto  mensajero  que  se  la  había  entregado:
         error semejante!”.                                                               “Espera y pasa aquí la noche, y hablaremos del tema los dos
                                                                                          juntos”. A la noche, le preparó una suntuosa comida, durante
         También  su práctica  médica  le  causaba  gran  sufrimiento.                    la cual el Sabiondo se puso a racionalizar con su sabiduría
         Cuando iba a ver a un enfermo y le daba el tratamiento. Él                       y su filosofía, diciendo así: “¿Qué es esto, que un rey como
         sabía que si el paciente iba a sobrevivir, se iba a curar con ese                este me mande a llamar? Un rey como este que tiene todo un
         tratamiento. Pero había casos en los que el paciente moría y                     gobierno y semejante grandeza, y yo, que soy una persona
         la gente le echaba la culpa a él. Eso lo ponía inmensamente                      de tan bajo nivel y tan despreciable en comparación con un
         triste.                                                                          rey tan grandioso y tan temible como este. ¿Cómo es posible
                                                                                          concebir siquiera que sea lógico que el Rey convoque a alguien
         Por otro lado, había casos en los que el tratamiento que les                     tan insignificante como yo? Si es a causa de mi sabiduría, ¿qué
         daba a sus pacientes era muy efectivo, y ellos se curaban. Sin                   soy yo comparado con el Rey? ¿Acaso él no tiene sus propios
         embargo, en esos casos la gente decía que era pura casualidad                    sabios? El Rey mismo debe ser muy sabio, entonces ¿cómo
         y que el paciente se habría curado igual, sin necesidad del                      es posible que me haya convocado?”. Y estaba desconcertado
         tratamiento. Por lo tanto, el Sabiondo sufría constantemente.                    por ese motivo.

         En cierta ocasión, él necesitaba una prenda de vestir de modo                    Entonces el Sabiondo (o sea, el amigo del Simple. Toda
         que llamó a un sastre y se tomó el trabajo de enseñarle la manera                esta narrativa es él hablando después de que expresó su
         de hacer una prenda de vestir de acuerdo con sus deseos, tal                     consternación por el hecho de que el rey lo hubiese convocado,
         como él sabía. El sastre se esforzó por hacer la vestimenta tal                  y ahora está le hablando al mensajero astuto): “Escucha
         como le gustaba al Sabiondo y lo logró, a excepción de una                       lo que te voy a decir. En mi opinión, es un hecho obvio y
         solapa que no le salió perfectamente alineada. El Sabiondo                       establecido que el Rey no existe en absoluto. Todo el mundo
         sufrió enormemente a causa de esto, porque sabía que en                          está equivocado, pensando tontamente que existe un rey.
         aquel lugar la vestimenta era considerada de gran belleza, ya                    Piénsalo, ¿cómo es posible que toda la gente del mundo se
         que la gente no entendía tanto de modas, “pero si estuviera en                   deje dominar por un solo hombre? ¡Es evidente que no existe
         España con esa solapa, sería el hazmerreír de todos. La gente                    ningún rey en absoluto!”.
         pensaría que hago el ridículo”. De modo que el Sabiondo
         sufría una continua angustia.                                                    El mensajero astuto respondió: “¡Pero espera! ¡Yo te he traído
                                                                                          una carta del Rey!”.
         El Simple siempre acudía de prisa al Sabiondo con alegría
         y cada vez lo encontraba dolorido y lleno de sufrimiento.                        El Sabiondo le preguntó: “¿Acaso recibiste la carta
         Le  preguntaba: “¿Cómo es posible que  alguien con  tanta                        directamente del Rey?”.
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