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16| En el Jardín de la Sabiduría Autor de: y muchos otros En el Jardín de la Fe Educación con Amor En el Jardín de la Paz R.S. Arush En el Jardín de la Salud La Sabiduría Femenina Tevet 5777 – Enero 2017 En el Jardín de la Riqueza Las Puertas de la Gratitud En los Campos del Bosqu
mensajero astuto al Sabiondo y un mensajero simple al El mensajero dijo: “Te diré de memoria lo que dice la carta – el
Simple. El único problema era cómo encontrar una persona Rey quiere que vayas a verlo”.
simple en la ciudad capital, ya que la gente que vive en la
capital suele ser muy sofisticada. Únicamente el Ministro El Simple dijo: “¡Solamente prométeme que no estás
del Tesoro era una persona especialmente simple, ya que no bromeando!”.
se suele designar a una persona astuta como tesorero, para Él respondió: “Esa es la verdad. No es una broma”.
que con su astucia y su inteligencia no malgaste los fondos
nacionales. Por lo tanto, se designa a una persona simple para De inmediato el Simple se llenó de alegría y fue corriendo a
que sea Ministro del Tesoro. su esposa, diciendo: “¡Esposa mía, el Rey me ha mandado a
llamar!”.
Entonces el Rey mandó a llamar a un hombre astuto
y al Ministro del Tesoro ya mencionados y los envió Ella preguntó: “¿Por qué y para qué?”. Pero él no tenía
respectivamente a los dos protagonistas de la historia. Y le tiempo para responderle sino que muy alegre se apresuró a
dio a cada mensajero una carta dirigida al gobernador local emprender el viaje junto con el mensajero. El Simple entró al
de la provincia bajo cuya jurisdicción vivían el Sabiondo y el carruaje y se sentó y allí encontró las vestimentas nuevas y
Simple, y le ordenó al gobernador que enviara sus propias entonces se puso más contento aún.
cartas al Sabiondo y al Simple, para que no tuvieran miedo.
Él debía explicarles que el asunto no era urgente y que el Rey Mientras tanto, un informante difundió el rumor de que el
no les estaba ordenando que fueran a verlo sino que cada uno gobernador había cometido un acto de corrupción, por lo
podía elegir si ir o no ir, pero que el Rey deseaba verlos. que el Rey lo desplazó de su cargo. El Rey meditó acerca del
asunto y decidió que lo mejor sería que el gobernador fuera
Estos dos mensajeros –el astuto y el Simple– emprendieron un hombre simple que gobernara el estado con verdad y con
el viaje y fueron a ver al gobernador, entregándole la carta. rectitud, que no conociese todo tipo de tejemanejes. El Rey
El gobernador quiso saber más acerca de los dos jóvenes. decidió nombrar gobernador al Simple y dio órdenes de que el
Ellos le dijeron que el Sabiondo era una persona sumamente Simple, a quien había convocado, sería el gobernador y debía
inteligente y muy adinerada y que el Simple era de una simpleza pasar por la capital de la provincia. El Rey apostó personas
extraordinaria y que todo su guardarropa consistía de un solo en las entradas de la ciudad capital y apenas llegó el Simple,
abrigo, tal como se explicó. El gobernador pensó que no sería debían detenerlo y coronarlo gobernador. Y así lo hicieron:
apropiado que el Simple se presentara ante el Rey vistiendo esperaron allí y apenas él llegó, lo detuvieron y le informaron
un abrigo viejo, así que le preparó vestimentas adecuadas y que había sido nombrado gobernador. Él les dijo: “Solamente
las colocó dentro del carruaje del mensajero simple. Luego prométanme que no están bromeando”. Ellos respondieron
les entregó a los mensajeros las cartas respectivas y ambos que no era ninguna broma. E inmediatamente él pasó a ser
mensajeros emprendieron el viaje rumbo al pueblo de ambos gobernador, con toda la autoridad y el poder.
jóvenes. Les dio las cartas –el mensajero astuto al Sabiondo,
y el mensajero simple al Simple. En el momento en que el Ahora que su fortuna se había dado vuelta, y el cambio de
Simple recibió su carta, le dijo al mensajero que se la había fortuna trae sabiduría, él obtuvo un mayor entendimiento.
traído: “No puedo leer lo que está escrito aquí. ¡Léemela por Aun así, él no utilizó su sabiduría en absoluto, sino que
favor!”. gobernó con simpleza como al comienzo, con verdad y con
rectitud, sin un rastro siquiera de corrupción. Para gobernar