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                                                                                                                                                vergüenza   El gran contraste
                                                                                                                                      .
                                                                                                                                   Alegría incondicional
                                                                                                                                                Se casó…
                                                                                                                                        .
                                                                                                                                                éxito
                                                                                                                                                este mundo Todo tiene un motivo El verdadero
                                                                                                                                     .
                                                                                                                                                en la dirección correcta El prestigio imaginario de
                                                                                                                          .
                                                                                                                                                ruedas Empieza a vivir La gran mentira Invertir
                                                                                                                                          .
                                                                                                                          .
                                                                                                                                                sabiduría…
                                                                                                                                 ¡No te preocupes!
                                                                                                                                     .
                                                                                                                                                serenidad Verdad hay una sola Pensé en adquirir
                                                                                                                                       .
                                                                                                                                   ¿Dónde estoy parado?
                                                                                                                                                la verdad
                                                                                                                                       .
                                                                                                                                                de la constancia El poder de dominarse Reconocer
                                                                                                                                  .
                                                                                                                                               Sentido común En retrospectiva La importancia
                                                                                                                                                .
                                                                                                                                 .
                                                                                                                                                verdadera sabiduría El ocio El ocio cansa y debilita
                                                                                                                              .
                                                                                                                                                orden Empezar desde abajo Preciado tiempo La
                                                                                                                                           .
                                                                                                                                                que no vean cosas vanas Pongamos la cabeza en
                                                                                                                         .
                                                                                                                                                Asesoramiento y orientación
                                                                                                                                        El simple – siempre fortaleciéndose
                                                                                                                                                Aprender a hablar La simplicidad de la auténtica fe
                                                                                                                               .
                                                                                                                            Índice
         20|   En el Jardín de la Sabiduría
 El Cuento del Sabiondo y el Simple  | 21  Pg: 20 | 18375-UV | 1 -Front | 17-04-19  - 29 -  Capítulo Uno:     La desventaja es una ventaja  mental y que ore por cada cosa que necesita.  inocente, que es la que posibilita que uno pueda tener claridad   una emuná (fe pura y auténtica en el Creador Único)
 “Al Rey”, respondió.  Él respondió: “No, alguien me entregó la carta en nombre del       El Sabiondo viajaba en un gran carruaje con gran pompa. El
         Rey”.                                                                            Simple llegó hasta él y con mucho afecto le preguntó cómo
 Ellos preguntaron: “¿Acaso has visto al Rey alguna vez en                                estaba. “Hermano mío, ¡queridísimo amigo! ¿Cómo estás?
 toda tu vida?”.  Entonces él le dijo al mensajero: “Ves entonces con tus                 ¡Bendito Aquel que te ha hecho volver y me ha concedido
         propios ojos que lo que digo es cierto, que no existe un Rey en
 “No”.   absoluto”. Entonces le preguntó: “Dime, tú eres de la ciudad                     el privilegio de verte nuevamente!”. Pero el Sabiondo, como
                                                                                          ya dijimos, sentía que todo el mundo era como una nada, y
 “¡¿Acaso viste algo tan tonto como esto?!”, dijo el Sabiondo.  capital y viviste allí toda tu vida; ¿acaso alguna vez viste al   mucho más alguien como el Simple, que parecía un demente.
         Rey?”.                                                                           Pero a pesar de eso, y en virtud del gran afecto que los había
 Una vez más, se acercaron a un oficial del ejército y se pusieron                        unido en su infancia, se acercó a él y viajaron juntos por la
 a conversar con él hasta que al final le preguntaron: “¿A quién   Él respondió: “No”. (Porque en verdad no todos tienen   ciudad.
 sirves?”.  el mérito de ver al Rey, ya que rara vez el Rey aparece en
         público).                                                                        Los dos comerciantes mencionados al principio –los padres
 “Al Rey”.
         El Sabiondo le dijo: “Ves entonces que mis palabras son hechos                   de estos dos hijos– fallecieron mientras el Sabiondo estaba de
 “¿Acaso has visto al Rey?”.  claros y establecidos, que ciertamente no existe un Rey, ya que   viaje por varios países y quedaron sus mansiones. El Simple,
         ni siquiera tú has visto al Rey en toda tu vida”.                                que se había quedado en su pueblo natal, se había mudado
 “No”.                                                                                    a la casa de su padre y la había heredado. Pero el Sabiondo,
         El mensajero astuto continuó preguntando: “De ser así, ¿quién                    que había estado en el extranjero, no tenía quién la reclame
 “Entonces ves con tus propios ojos que el tema está claro:   gobierna el país?”.         en su nombre y la mansión había quedado abandonada y en
 están todos equivocados. No existe un Rey en el mundo”. Y                                ruinas y no quedó nada de ella. Por lo tanto, el Sabiondo no
 se pusieron de acuerdo en que no existe un Rey en absoluto.  El Sabiondo le respondió: “Te voy a dar una explicación. Le   tenía ningún lugar donde alojarse al llegar. Se hospedó en una
         preguntaste a la persona indicada, pues yo soy un experto en
 Entonces  el  Sabiondo  dijo: “Ven  conmigo  y  viajaremos  y   el tema, ya que viajé por muchos países y estuve en Italia. Allí   posada pero sufrió mucho estando allí, ya que la posada no
 andaremos por el mundo, y te seguiré demostrando que   se acostumbra que haya setenta ministros consejeros (sarei   era de su agrado. El Simple tenía ahora un nuevo pasatiempo:
 todo el mundo está terriblemente equivocado”. Y así fueron   reteirin) que dirigen el país durante un lapso designado. Todos   ir corriendo de su casa al Sabiondo y de vuelta con amor y
 y viajaron por el mundo, y en cada lugar al que iban, veían   los ciudadanos del país se turnan para oficiar de consejero,   alegría. El Simple notó lo mucho que sufría el Sabiondo en
 que la gente estaba equivocada. El tema del Rey se transformó   uno  después  del  otro”.  Sus  palabras  empezaron  a  causar   la posada y le dijo: “Hermano mío, ¿por qué no vienes a
 en una fábula para ellos y allí donde encontraban que la   efecto en el mensajero astuto, hasta que ambos se pusieron de   quedarte  en  mi  casa?  Correré  todas  mis  pertenencias  a  un
 gente estaba equivocada, tomaban al Rey como una fábula:   acuerdo y decretaron que no existe un Rey en el mundo.  rincón y el resto de mi casa es tuyo para que lo uses como
 si es cierto que hay un rey, entonces las fábulas también son                            desees”. La idea le agradó mucho al Sabiondo, quien fue a la
 ciertas. Y así fueron y viajaron hasta que se les acabó el dinero.   Entonces el Sabiondo dijo: “Espera hasta la mañana y te   casa del Simple y se hospedó allí.
 Primero vendieron uno de sus caballos. Luego, el segundo, y   mostraré  una  prueba  después  de  otra”.  Él  se  levantó  a  la   Ahora bien: el Sabiondo sufría una constante angustia,
 al final los vendieron todos, y se vieron forzados a seguir a pie.   mañana (o sea, el amigo del Simple, a quien llamamos “el   porque se dio a conocer que era un hombre de extraordinaria
 Y constantemente investigaban a la gente, y veían que todos   Sabiondo”) y despertó a su amigo, el mensajero astuto, y le   inteligencia,  artesano  y  prestigioso  doctor. Una vez  fue  un
 estaban equivocados. Y se volvieron mendigos, yendo a pie y   dijo: “Ven conmigo afuera y te mostraré con total claridad que   ministro a verlo y le pidió que le hiciera un anillo de oro. Él
 perdieron todo su prestigio y nadie los respetaba, porque la   el mundo está totalmente equivocado, y en verdad no existe   le hizo un anillo muy fino con exquisitos grabados y con la
 gente no presta atención a personajes tan patéticos como ellos.  un Rey, y están todos totalmente equivocados”.  imagen de un árbol maravilloso. Pero cuando fue el noble a
 Resulta que siguieron viajando y llegaron a la ciudad donde   Entonces fueron al mercado y allí vieron a un soldado. Se le   verlo, no le gustó nada el anillo.  El Sabiondo sufrió muchísimo
 vivía el primer ministro (o sea, el Simple, el amigo del Sabiondo).   acercaron y le preguntaron: “¿A quién sirves?”.  por esa causa, ya que él sabía que si ese mismo anillo con el
 En esa ciudad, había un genuino Hacedor de Milagros que                                  árbol lo hubiesen visto en España, habría sido objeto de gran
                                                                                          admiración y honra.
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