Page 224 - 18375
P. 224
Capítulo Seis: El encuentro | 209
224| En el Jardín de la Sabiduría
Capítulo Seis: El encuentro | 217 alojamiento en su casa, le dio palabras de aliento, lo ayudó. nunca”. El Simple le hizo al Sabiondo más de un favor, le dio recibió un favor de otra una sola vez, no puede despreciarla en el Sefer HaMidot – Libro de los Atributos: “La persona que Además de
¿Cómo es posible que el Sabiondo sea capaz de insultarlo de Entonces el Rey mandó a llamar a un hombre astuto errores constituían su perfección y por eso estaba contento.
esa manera? y al Ministro del Tesoro ya mencionados y los envió Por el contrario, el Sabiondo, que vivía sin emuná, convencido
respectivamente a los dos protagonistas de la historia. Y le de que era él quien hacía todo por sus propios medios, y cuya
Si el Sabiondo hubiera sido una persona de mínimamente dio a cada mensajero una carta dirigida al gobernador local alegría y vitalidad dependían de los elogios que le brindaban
buenos modales, entonces a pesar de no estar de acuerdo con de la provincia bajo cuya jurisdicción vivían el Sabiondo y los demás, se quebrantó por completo cuando el ministro no
el Simple, le habría dicho así: “Discúlpeme, señor, pero a mí el Simple, y le ordenó al gobernador que enviara sus propias alabó el anillo que le había hecho.
me parece que usted está equivocado, ya que el objetivo en esta cartas al Sabiondo y al Simple, para que no tuvieran miedo.
vida es obtener sabiduría. En mi humilde opinión, el camino Él debía explicarles que el asunto no era urgente y que el Rey El Simple tenía total emuná en que no hay nada fuera de
que usted ha elegido no lo va a conducir a tal fin y la prueba no les estaba ordenando que fueran a verlo sino que cada uno 7 Hashem y por eso aceptó con amor el hecho de que los demás
es que usted no posee sabiduría, etc.”. De esa manera, ambos podía elegir si ir o no ir, pero que el Rey deseaba verlos. se rieran de él y se burlaran, porque sabía que eso era lo que
habrían entablado una conversación amable y constructiva, Hashem deseaba para él y que las personas eran solamente
tal como enseña el Rey Salomón (Eclesiastés 9): “Las palabras de marionetas en Sus manos. Pero el Sabiondo no tenía emuná
los sabios se escuchan con calma”. y solamente veía a la persona que tenía enfrente y por eso
El rey dejó perfectamente en claro que tenía un profundo cuando alguien decía algo malo de él o de su trabajo, se sentía
Por supuesto, nosotros sabemos de antemano que hace deseo de conocer a estas dos personas tan especiales que se desolado.
ya rato que el Sabiondo ha dejado de ser sabio, ya que ha apodaban “el Sabiondo” y “el Simple”. También se tomó la
transgredido la regla consabida: “¿Quién es sabio? El que molestia de asegurarse de que ninguno de los dos se sintiera Ay, Sabiondo… ¿Por qué sufres tanto por el hecho de que
aprende de cada persona”. Este hombre se burla de todos, lo alarmado por la convocatoria, dejando perfectamente en claro el ministro no esté satisfecho con el anillo que le preparaste,
cual es precisamente lo opuesto a dicha regla, y además no que la asistencia al palacio era absolutamente voluntaria. siendo que tú sabes perfectamente que se trata de un anillo
está dispuesto a aprender del Simple a actuar con simplicidad. maravilloso? Al parecer, ese mismo ministro que se ríe de
Y para colmo, ahora también está transgrediendo esta otra El rey seguramente se sentaría a conversar con ellos y les ti no entiende nada de anillos. Entonces… ¿por qué tomas
regla: “Las palabras de los sabios se escuchan con calma”, preguntaría acerca de sus vidas. También les daría regalos y en cuenta su opinión? ¡Cualquier persona que entienda de
porque está insultando al Simple. Este, por su parte, no le les ofrecería toda clase de comodidades. ¿Quién sería capaz anillos no va dejar de elogiar el anillo que hiciste! ¿Acaso es
paga con la misma moneda. No le dice “Y tú eres un hereje, de perderse una oportunidad así, de conocer al rey y hablar posible que sufras tanto por el hecho de que alguien ignorante
un maleducado, un ingrato, un depresivo”, sino que, muy por con él cara a cara? Pues bien. Muy pronto veremos de qué te haya criticado?
el contrario, lo bendice: “Ojalá pudieras alcanzar mi nivel”. manera el Sabiondo y el Simple reaccionaron a la invitación
Pero el Sabiondo no bendice al Simple sino que le dice con del rey, cada uno a su propia manera. Este fenómeno –que la persona sea tan sensible a la opinión
tono de insulto: de los demás y que toda su vitalidad dependa de eso– es en
realidad una tremenda enfermedad mental; esta persona
Estos dos mensajeros –el astuto y el simple– emprendieron el necesita el respeto de los demás a un nivel totalmente
Pero que tú llegues a mi nivel, eso ya es absolutamente viaje y fueron a ver al gobernador, entregándole la carta. El desproporcionado. Esta enfermedad mental es producto
directo de la falta de autoestima y del hecho de creer solamente
imposible, que tú te vuelvas inteligente como yo”. gobernador quiso saber más acerca de los dos jóvenes. Ellos le
dijeron que el Sabiondo era una persona sumamente inteligente en uno mismo, de vivir sin emuná. Esta persona jamás va a
y muy adinerada y que el Simple era de una simplicidad poder ser feliz de esa manera.
extraordinaria y que todo su guardarropa consistía de un solo
Este es otro error garrafal por parte del Sabiondo. Porque en abrigo, tal como se explicó. El gobernador pensó que no sería
su opinión, la sabiduría es la meta a la que la persona debe apropiado que el Simple se presentara ante el Rey vistiendo En otra ocasión, un gran noble fue a verlo con una gema muy
aspirar. Entonces ¿por qué el Simple no puede alcanzar ese un abrigo viejo, así que le preparó vestimentas adecuadas y valiosa proveniente de un país lejano. También le trajo otra
las colocó dentro del carruaje del mensajero simple. Luego piedra con un grabado. Y le pidió al Sabiondo que copiara
#-- - 18375-UV | 7 - A | 17-04-19 | 15:27:39 | SR:-- | Black # mejor. Pero más adelante, vamos a ver que el que se ríe último, ríe era un pobre desdichado. A esta altura, el Sabiondo se ríe. cómo alegrarse consigo mismo o con lo

