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         290|   En el Jardín de la Sabiduría  Capítulo Diez:  Siempre felices   | 303  disfrutar de los maravillosos frutos de tu labor.  lo que seas: si sigues el ejemplo del Simple, vas a poder   universitario, maestro, profesional, comerciante. No importa   alegría, ya seas soldador, albañil, ama de

         a ayudar desde Arriba. Y si desea lo contrario, pues nadie lo
         va a detener, hasta que llegue el momento de rendir cuentas.

         El Simple ya no reprende al Sabiondo, en conformidad con
         el consejo de nuestros Sabios (Yevamot 65b): “Así como es un
         precepto hablar cuando las palabras serán escuchadas, de la
         misma manera es un precepto abstenerse de hablar cuando
         las palabras no serán escuchadas”. El Sabiondo jamás acató
         nada  de  lo  que le  dijera  el Simple,  y ciertamente  no iba  a
         empezar ahora.



         Entonces le proveyó la escolta y el Sabiondo con su compañero
         astuto fueron con el hombre que había ido a buscarlos, y los
         soldados retornaron.

         El  Simple  les  preguntó:  “¿Dónde  está  el  Sabiondo  y  su
         compañero?”. Los soldados respondieron que no sabían; que
         de repente habían desaparecido



         Si bien el Sabiondo era el portavoz de la herejía, su compañero,
         el astuto mensajero, fue arrastrado al infierno junto con él.
         Las mismas fuerzas de maldad que se crearon con su herejía
         fueron las que los hicieron caer en el olvido.




         El Diablo capturó al Sabiondo y a su compañero y los llevó
         a una ciénaga de arenas movedizas. Allí estaba sentado el
         Diablo sobre un trono dentro de la ciénaga y arrojó adentro al
         Sabiondo y a su compañero. La ciénaga era espesa y pegajosa,
         literalmente como pegamento y ellos no podían moverse en
         absoluto.

         Los  dos  se  pusieron  a  gritar:  “¡Malvados!  ¿Por  qué  nos
         torturan?  ¡Si  el  Diablo  no  existe!  ¡Ustedes,  malvados,  nos
         están torturando porque sí!”. (El Sabiondo y su compañero









                   #-- - 18375-UV | 10 - B | 17-04-19 | 15:27:42 | SR:-- | Black   y pensó en su amigo, el Sabiondo.  Una vez, el Simple pasó por la casa del Hacedor de Milagros   espiritual y el sistema de castigo y recompensa.  sin beber y sin dormir– ellos todavía no admitían el mundo   siempre. Tras








































































                                       Capítulo Nueve:  El reencuentro   | 291
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