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Los principios de la filosofía Summerhill se basan en:

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1.-La confianza en la naturaleza del niño

Según los criterios de Neill el niño es innatamente sano y
realista, el niño nunca es malo, no quiere decir que sea
naturalmente bueno si no que está siempre orientado
hacia el bien, en una dirección positiva. La humanidad
tiene un poder innato para sobreponerse a los males que
se le imponen, pero todas estas afirmaciones deben ir
seguidas de condicionales: el niño es y será bueno si no
se le fuerza a dejar de serlo, si se le deja entregado a sí
mismo, sin sugestiones de los adultos que intentan
imponerle una forma de comportamiento y de vida; solo así
el lado bueno del niño aflorará automáticamente y se
desarrollara hasta donde es capaz de desarrollarse.

2.-La finalidad de la educación

Es la de enseñar a la gente como vivir, la de capacitar al
niño para llevar una vida plena, la de proporcionar a los
niños una vida equilibrada, la de preparar a los niños para
una vida feliz, lo cual implica otro de los fines de la
educación es abolir el subconsciente que impediría la
consecución de esta vida plena, equilibrada y feliz.
Summerhill pretende que los objetivos de su escuela
tienden a otorgar al niño felicidad, valentía y bondad.

Neill pretende en esta escuela dar mucha más importancia
a la emotividad que a la inteligencia, al subconsciente que
a la conciencia. El plan de estudios de esta educación
tendría un presupuesto básico: libertad fundamental en la
escuela; libertad para explorar el mundo, a los demás y a
uno mismo; libertad para estudiar, para jugar, libertad para
ser feliz.

Lo que debe evitarse a toda costa es indoctrinar a los niños
con principios y valores morales.