Page 54 - Confesiones de mi alumno
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IX
No me di cuenta o quizá no comprendí lo que hacía con su vida. Cómo iba
ayudarle si todo lo que decían sus profes lo comprendía mal o lo entendía al pie
de la letra. Le pedí que estudiara y estudiaba tanto y en todo lugar que se
olvidaba de sus amigos. Le comente que la pornografía era impudicia e inmoral,
y que lo peor que hacían los jóvenes era conseguirse una enamorada y
embarazarla a temprana edad, pero el pobre que no discernía bien se puso a
buscar en todo su barrio y en todo el colegio a una mujer que le amara. O a lo
mejor yo estaba equivocado, quizá siempre fue así. No lo conocía bien.
Es un loco o un genio. Cómo saberlo si aún no había inventado nada, y todo lo
que me contaba; eran planes perversos. Que odia a las mujeres porque no le
querían. Me hablaba de sus planes macabros para matar a los hombres y a sus
compañeros, y a todos les deseaba el mal: a sus amigos y hasta a mí. Un tarde
antes de salir a dar mi examen me dijo ―espero que te saques cero en el
examen de nombramiento, profe ―y hasta en los juegos florales les deseaba
mal a todos sus rivales― ¡todos son unos perdedores! ―gritaba, añadía a
esto― ¡deberían morirse por perdedores!
Pero como es la vida, y cuando fuimos a la etapa provincial de los juegos flores:
todos sus deseos se volvieron en su contra, como un Karma y fue él quien salió
perdiendo.
Una noche lo vi parado cerca a un poste como siempre, esperando internet, y al
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