Page 127 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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tratos de la leyenda. En primer lugar, Fauno y Horacio representan las
voces del bosque, oráculos de la naturaleza que escapan a cualquier
control. Se trata en definitiva de una adivinación salvaje, incivilizada,
no sometida a reglas ni a disciplina alguna. Un estadio más avanzado
es aquel que personifica Caco, en cierto modo intermediario entre la
situación anterior y el arte augural propio de un mundo civilizado. Si
la interpretación del espejo de Bolsena que antes se defendía es la co
rrecta, Caco recibe su inspiración de Fauno, pero al mismo tiempo su
imagen es la de un vates apolíneo y se inserta en las tradiciones sobre
la introducción de la disciplina augural en Italia a partir del frigio Me
gales (a las fuentes anteriores añádase ahora Serv., Aen., 3.359). En el
mismo plano convendría entonces situar a Pico, quien en su vertiente
teriomorfa es protagonista del oráculo de Tiora Matiene, en Sabina, un
santuario dedicado a Marte en el que se practicaba una adivinación se
gún se decía similar a la de Dodona, en la que la respuesta divina se ca
nalizaba a través del pico (Dion., 1.14.5). Sin embargo, Pico es también
calificado de augur, como ya veíamos: Virgilio (Aen., 7.187ss.) le pre
senta con el lituus o bastón augural y con la indumentaria de este sa
cerdote, y lo mismo hacen Servio (Aen., 7.190: «augur fuit») y Agustín
(Civ. Dei, 18.15: «preciarum augurem»). Esta condición de Pico le in
troduce en el tercer nivel, esto es, cuando el héroe se identifica al au
gur, cualidad que será heredada por los reyes romanos. Tal es así no
sólo cuando Rómulo se sube al Palatino en el momento previo a la
fundación de la ciudad para obtener el favor de los dioses, sino que
también su hermano Remo actúa de idéntica forma, compitiendo con
él desde el Aventino. Asimismo sus sucesores inmediatos desde Numa
Pompilio a Anco Marcio son considerados reyes-augures, y no en vano
el símbolo de su autoridad no es otro que el lituus. La situación se mo
difica con la entronización de Tarquinio Prisco, como perfectamente
se refleja en su enfrentamiento con el aμgur Atto Navio. A partir de
ahora, inserto en el universo ciudadano recién instituido, la definición
del monarca cambia, pues deja de ser un rey-augur, exteriorizando su
poder mediante unas nuevas insignias que Tarquinio introdujo desde
Etruria. Pero esto pertenece ya a la historia, no a la leyenda.
B iblio g rafía
La bibliografía sobre este tema es inmensa, especialmente en referencia a
Rómulo. La relación que sigue no pretende ser exhaustiva, sino tan sólo ofre
cer una primera guía para todo aquel que pretenda introducirse en este mun-
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