Page 124 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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una situación que se adapta perfectamente a las condiciones del Lacio
       arcaico. La tercera y última versión es la que más interesa aquí, pues
       ofrece un estrecho parentesco con la leyenda de Caeculo. Según este
       relato (Dion., 4.2.1-3; Ovid., Fast., 6.627ss.; Plut., Fort. Rom., 10; Plin.,
       Nat. Hist., 36.204; Arnob., Adv. nat., 5.18), en el hogar de la casa de
       Tarquinio surgió un falo, y la reina Tanaquil, versada en  cuestiones
       adivinatorias por su origen etrusco, persuadió a su esclava Ocrisia para
       que se acoplase al mismo, siendo fruto de tal unión el futuro rey Ser­
       vio. Las fuentes dudan entre Vulcano y el Lar familiaris en la atribu­
       ción de la paternidad de Servio, pero lo más probable es que fuese el
       primero, quien al igual que sucedió con Caeculo, también profetiza­
       ría la realeza de su hijo Servio rodeándole la cabeza con una aureola
       de fuego cuando todavía era niño. Un sector muy destacado de la in­
       vestigación moderna considera que ésta es la versión más antigua so­
       bre el nacimiento  de Servio, pero en mi opinión es lo contrario, ya
       que se trata de una tradición artificial que pretende vincular a Servio
       con la estirpe de los fundadores elevándole a la categoría de héroe. Su
       origen habría que situarlo en ambientes aristocráticos, donde era con­
       siderado como un nuevo fundador de Roma, con la intención mani­
       fiesta de exaltar a uno de sus mejores valedores.
          Muy vinculada a esta versión del nacimiento de Servio se encuen­
       tra una tradición sobre el origen de Rómulo y Remo sólo conocida a
       través  de  Plutarco,  quien invoca como  fuente  a un  tal Promathion
       (Rom., 2.4-8). En el hogar del palacio de Tarquetio, rey de Alba, apa­
       reció un falo, de cuya semilla nacería un niño fuerte y valeroso, según
       le comunicó al rey un oráculo etrusco; Tarquetio ordenó a una de sus
       hijas que se uniera al falo, pero ésta sintió escrúpulos y se lo ordenó a
       su vez a una esclava. Cuando el rey supo el engaño, quiso matar a am­
       bas, pero Vesta se le apareció en sueños y se lo prohibió, por lo que las
       dos jóvenes fueron entonces recluidas con la orden de tejer un tapiz
       que por la noche era a su vez deshecho. Al cabo del tiempo, la escla­
       va dio a luz dos gemelos, a los que el rey ordenó exponer, pero fueron
       salvados por una loba, y cuando crecieron dieron muerte a Tarquetio.
          Existe  una  tendencia  muy  extendida  a  considerar  esta  versión
       como muy antigua y originaria del mito de Rómulo y Remo, pero las
       cosas no  están tan  claras. Tiene razón S.  Mazzarino  cuando  afirma
       que se trata de una tradición romana y creada en un ambiente de opo­
       sición a los Tarquinios, pero resulta inaceptable lo que dice a conti­
       nuación, esto es, que se crea en época de Servio Tulio y que su autor
       fue Promathus, un griego que vivió hacia el año 500 a.C. o poco des­
       pués. Es evidente que nos encontramos ante un relato sumamente ela­

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