Page 42 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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cuentro entre Príamo, que va a solicitar la entrega del cadáver a Patro­
       clo, y Aquiles:

                  Así en voz alta dijo,
                  y el dios Hermes marchóse al alto Olimpo,
                  y Príamo, de un salto,
                  bajó a tierra del carro,
                  y en aquel mismo sitio dejó a Ideo,          470
                  que allí quieto aguardaba
                  reteniendo las muías y caballos,
                  y el viejo iba derecho
                  a la casa en que Aquiles,
                  de Zeus querido, su asiento tenía.
                  Dentro encontróle a él personalmente,
                  y, de él apartados,
                  sus compañeros sentados se hallaban;
                  tan sólo dos de entre ellos,
                  el héroe Automedonte
                  y Álcimo, compañero de Ares,
                  andábanse afanando en su presencia;          475
                  justamente, acababa la comida,
                  de comer y beber ya terminaba,
                  y estaba aún la mesa allí delante.
                  Y a ellos les pasó inadvertido,
                  al entrar en la tienda, el gran Príamo,
                  el cual de Aquiles cerca se detuvo,
                  rodeóle las rodillas con sus brazos
                  y le besó las manos,
                  las espantosas y asesinas manos
                  que le habían matado muchos hijos.
                  Y al igual que se mira                       480
                  a aquel varón al que la ceguera espesa
                  un día arrebatara,
                  y él entonces hubiera dado muerte
                  a un hombre con los confines de su patria
                  y luego a territorio se llegara
                  de extraños, a la casa de un varón opulento,
                  el estupor se adueña, en este caso,
                  de quienes le dirigen la mirada,
                  asimismo quedóse estupefacto
                  Aquiles cuando vio
                  a Príamo a los dioses parecido.
                  Y los demás también estupefactos
                  se quedaron y entre ellos se miraron.
                  Asimismo a él                                485

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