Page 27 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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res divinos, las Náyades, que se encargarán de criarlo en el
        interior de  una gruta para que Cronos  no  se entere de  su
        existencia y  no  oiga el  llanto  del  recién  nacido.  Después,
        ante los gritos del niño que crece rápidamente, Rea pide a
        unas  deidades masculinas,  los  Curetes,  que monten guar­
        dia delante de la gruta y bailen danzas  guerreras  para que
        el entrechocar de las armas y otros ruidos y cantos cubran
         el  sonido  de  la voz  del  joven  Zeus.  Así  pues,  Cronos  no
         tiene  la  menor  sospecha.  Pero,  como  sabe  perfectamente
         que  Rea estaba embarazada,  espera ver al  pequeño que ha
         parido  y  que  tiene  que  presentarle.  ¿Qué  le  ofrece  en  su
         lugar?  Una piedra.  Una  piedra  que  ha disimulado  envol­
        viéndola en pañales.  Le advierte:  «Ten cuidado, es frágil y
         pequeño»,  pero,  ¡zas!,  Cronos  engulle la piedra  con  paña­
         les  y  todo.  Así  pues,  la generación  entera  de  los  hijos  de
         Cronos y Rea se encuentra en el vientre de  aquél,  y enci­
         ma de sus vástagos está la piedra.
             Durante ese tiempo, Zeus  crece y se fortalece en Cre­
         ta.  Cuando  alcanza  la  plena  madurez,  se le ocurre la  idea
         de hacer expiar a Cronos la culpa contraída con sus  hijos,
         así  como  con  Urano,  al  que  mutiló  sin  piedad.  ¿Cómo
         conseguirlo?  Zeus  está  solo.  Quiere  que  Cronos vomite' a
         las criaturas que lleva en el vientre.  Lo conseguirá apelan­
         do,  una vez  más,  a la astucia,  una  astucia que los griegos
         denominan  métis,  es  decir,  aquella  forma  de  inteligencia
         que  sabe  combinar  de  antemano  toda  clase  de  procedi­
         mientos para confundir a la persona a la que se quiere en­
         gañar.  La astucia de Zeus consiste en hacer ingerir a Cro­
         nos  un  fármaco,  un  medicamento  presentado  como  un
         sortilegio,  pero  que  es,  en  realidad,  un  vomitivo.  Rea  es
         quien  se  lo  ofrece.  Así  que  Cronos  lo  ha  engullido,  co­
         mienza  por  devolver  la  piedra,  luego  vomita  a  Hestia,  la
         primera de sus hijos en salir, y después al resto de dioses y
         diosas  en  sentido  inverso  a  su  edad.  El  mayor  está  en  el

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