Page 60 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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ordenado de acuerdo con diferentes niveles y rangos de
posición y de honor, y es el mundo al que pertenece Pro
meteo, aunque ocupe en él un lugar bastante difícil de
definir. Y todavía hace más difícil esa definición el he
cho de que Zeus le condenará y le hará encadenar antes de
liberarlo y de reconciliarse con él, cosa que señala en su
destino personal un movimiento de ida y vuelta entre la
hostilidad y la concordia. En pocas palabras, cabría decir
que Prometeo personifica en ese universo ordenado la
contestación interior. No quiere usurpar el sitio de Zeus,
pero, en el orden que éste instituye, es la vocecita contes
tataria, algo así como un mayo del 68 en el Olimpo, en el
interior del mundo divino.
Prometeo está en una relación de complicidad y de
conaturalidad con los hombres. Su condición está próxi
ma a la de los humanos, porque éstos también son criatu
ras ambiguas que poseen ciertos rasgos divinos —compar
ten, al principio, su existencia con los dioses-, pero los
compaginan con otros más propios de las bestias. Así
pues, se da en los hombres, al igual que en Prometeo, una
situación contradictoria.
UNA PARTIDA DE AJEDREZ
Contemplemos la escena. Los dioses y los hombres es
tán reunidos como de costumbre. Zeus se halla en el lugar
de honor y encarga a Prometeo que haga el reparto. ¿Qué
hará? Trae una enorme res, un toro soberbio, que sacrifica
y después descuartiza. Parte a ese animal en dos trozos.
Cada uno de ellos, tal como ha sido preparado por Pro
meteo, expresará la diferencia de condición entre dioses y
hombres. Esto significa que la frontera del corte dibujará
la que separará a los hombres de los dioses.
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