Page 30 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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También puede hacerse la figura de plomo o metal, pero siem-
pre se escribirá con la pluma del auca y la tinta mágica de los
pactos.
EXPERIENCIA DE GRACIA Y AGRADO
Esta experiencia sirve para agradar y hacerse querer de todo
el mundo en general, pudiendo dedicarla a alguna persona de la
cual quiera uno ser amado en particular.
Se escogerán las horas de Venus o Luna, por ser las más con-
venientes para dedicarlas a las experiencias del amor; se escribirá
en un pergamino virgen con la pluma del auca, bien perfumada,
mojándola en la tinta de los pactos, las palabras siguientes:
"Ruégote, Adonay, que deposites en este pergamJno inmacu-
lado los misteriosos efluvios de la gracia y la impenetración con
que el poderoso rey Alpha y Omega, señor y soberano de todas
las ciencias y artes te ha dotado, para concederles graciosamente
a los mortales que sean dignos de tus dones. Yo, el más mísero de
todos espero ser favorecido por ti con la gracia necesaria para me-
recer el aprecio general y, particularmente, el de fulano de tal (o
fulana), cuyo cariño deseo poseer desde este momento, y que sea
eterno como lo es el soberano señor Alpha y Omega de las cien-
cias cabalísticas. Así sea".
Una vez que ya esté escrito el pergamino lo doblarán con
cuidado en cuatro dobleces y lo colocarán dentro de un trapo de
seda encarnada, que sujetarás con un alfiler nuevo colocándotelo
sobre el costado izquierdo, encima del corazón. Si la operación
está bien hecha y eres digno de los dones de la gracia, no pasará
mucho tiempo sin que sea logrado tu deseo.
EXPERIENCIA DEL ODIO Y DESTRUCCIÓN
Esta experiencia sirve para hacer daño a cualquiera persona
a quien se dedique, por lo cual deberá reflexionarse mucho antes
de ponerla en práctica.
Nadie puede ignorar que el daño que se hace causa general-
mente grandes remordimientos al mismo que lo produce. La tran-
quilidad del espíritu vale mucho y causa siempre una satisfacción
grande de la cual no pueden disfrutar los que por motivos fútiles
hacen un daño que luego es difícil evitar.
Hay que tener presente que los espíritus no siempre conceden
lo que se pide máxime si quien lo pide no es verdaderamente dig*
no o pide cosa que no sea justa o razonable, en cuyo caso su
súplica no es atendida.
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