Page 28 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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cardinales, o sea al Oriente, Poniente, Mediodía y Norte, y se di-
rá a la vez;
"Ya es llegada la hora de que este experimento se termine,
nada hay que me ligue a la tierra; sólo me falta que vosotros, espí-
ritus invocados en este supremo instante, me adornéis de las alas
impalpables y potentes para poder navegar a vuestro lado, }ot, Jot,
Jot, ordena a los espíritus que cumplan mi deseo".
Extenderás las manos al aire, cerrarás los ojos, concentrando
todo tu espíritu en el vuelo que en breve podrás notar perfecta-
mente que estás ejecutando. Durante el viaje cuidarás de no abrir
los ojos, pues si olvidaras ese detalle caerías irremisiblemente des-
de la altura, donde estuvieres, seguramente sería el último instante
de tu vida. Cuando quieras que termine esta experiencia dirás;
"Cese ya mi viaje y reposen mis pies de nuevo en el mismo
punto de donde he salido".
Al momento notarás que ya te encuentras en tierra, pudiendo
entonces abrir los ojos sin cuidado ninguno.
Para este experimento es conveniente prepararse un vaso
grande de vino, en el cual se echará una copa de licor y se beberá
en tres veces, en los intermedios de las invocaciones. Si la concen-
tración de espíritu se hace con gran fuerza de voluntad, se nota-
rán cosas maravillosas; pero si no se concentra bien, será difícil
que llegue a feliz término la experiencia.
DE LA EXPERIENCIA DE LA INVISIBILIDAD
Teniendo preparados todos los instrumentos para esta expe-
riencia, dirás de todo corazón las palabras siguientes:
"Scaboles, Hebrion, Elde, Erimgit, Baboli, Cemitrien, Meti-
noboy, Sabaniteut, Heremobol, Cañe, Methe, Baluti, Catea, Time-
guel, a vosotros, excelsos espíritus me dirijo a fin de que el impe-
rio que ejercéis sobre todas las criaturas me ayudéis en esta obra
para que por vuestra mediación pueda yo ser invisible".
Luego se dirá:
"Yo os invoco, os conjuro y os contraigo a vosotros, espíritus
de invisibilidad. para que sin tardar os consagréis a este experi-
mento, al objeto de que yo pueda ciertamente ser invisible sin te-
mor ninguno. Segunda vez yo os conjuro por el poder de Lucifer,
vuestro soberano Señor, y por obediencia que le debéis, que me
concedáis vuestra ayuda consagrando esta experiencia lo más
pronto posible. Fiat, Fiat, Fiat,"
Dicho esto, se tomará la espada con la mano izquierda y se
ejecutará la misma operación indicada en el experimento anterior.
Igualmente deberá hacerse con el vaso de vino, pues éste repre-
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