Page 68 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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demos de ellos, sin temer el arrepentimos y, por razón natural,
son los que debiéramos conocer para explicarnos muchos de los
fenómenos que nos suceden y que hasta ahora han quedado sia
explicación categórica.
La residencia de los gnomos son las ondas aéreas y, como
sus moradas, nunca están en reposo. Además tienen la propiedad
de penetrar por todos los poros de la tierra y hasta se filtran en
el corazón de las montañas.
Tienen un poder omnímodo sobre la imaginación del hombre,
son su égida en los peligros, su inspiración en la duda, su horós-
copo de lo futuro; de ahí vienen las preocupaciones que tenemos,
las cuales siempre suelen ser ciertas.
Es el céfiro transmisor de las órdenes, demandadas o ruegos
de los hombres a los espíritus de éstos entre sí, y tal es su con-
vicción de lo bueno y lo malo, que sí va en perjuicio de los seres
racionales la voz que arrastran a su destino, tratan de librarse de
su posible carga, chocando con los obstáculos que encuentran a
su paso, desbaratando de este modo el poder de los espíritus no
congéneres, los cuales nada pueden hacer para contrarrestar sus
impulsos justicieros, pues como ya hemos dicho, los gnomos tienen
por misión principal, velar por el equilibrio de los talentos amena-
zados de las fastuosas maravillas de los espíritus malignos.
También hemos hecho notar que la influencia o acción de Io$
gnomos es ejercida sobre el cerebro, y por lo tanto, ellos son los
cngendradores de la ilusión de los sentidos.
Quieren al hombre y le proporcionan una vida inmaterial, le
hacen soñar y le enseñan a sentir, porque no es verdad como se
cree que el sueño no sea más que una retrotracción de pensamien-
tos ya impresos en nuestra masa encefálica, no; la imaginación
es incesante como los mismos gnomos que la incitan a funcionar,
estando dispuesta a crear en todo momento y si faltase esta me-
cánica, la materia se confundiría, hasta el momento en que llegase
su transformismo total, que no sería lejano.
Únicamente pueden existir diferentes grados de actividad
mental o relativo reposo en relación al género de células que vi-
bran en nuestro entendimiento, pudiendo afirmarse que cuanto
más en contacto esté el objeto o imagen, causa del movimiento
fisiológico, con lo material y mundano, más agitado está el siste-
ma nervioso, en virtud de estar en tensión más número de ner-
vios de la prodigiosa fábrica de nuestros organismos.
¿Pensáis por ventura que esas inmensas moles de granito cu-
ya geognosia son, en su mayor parte pequeños cristales de cuerzo
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