Page 65 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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celestes que puede decirse forman verdaderos ejércitos, tanto por
       su organización, como por la obediencia con que ejecutan las ór-
       denes que reciben de sus superiores.
                             CAPITULO IV

                         De los espíritus celestes

           Llámanse espíritus celestes a los aue habitan el firmamento
       y los astros que giran por el espacio. Sus funciones son presidir
       el destino de cada mortal y dirigir los acontecimientos que le con-
       demen, conforme a la voluntad del Divino Creador. Por eso los
       espíritus celestes están al abrigo de todas las emboscadas de los
       genios dañinos.
           Cada espíritu celeste no puede obrar con arreglo  al astro
       a qtie corresponde y según lo que le permite la omnipotencia divi-
       sa, porque Dios sólo le da el poder de obrar. Por esta razón, di-
       chos espíritus no pueden emprender nada sino bajo la dirección
       divina y sólo cosas que conducen a un buen fin, como lo confirma
       la historia del mundo desde su creación.
           Hay siete gobernantes que tienen funciones diferentes. Sus
       astros visibles son: Aratón. Bethor, Praleg. Och, Hageth, Ophiel
       y Phul, a los cuales se les atripuyen las condiciones siguientes:
            lo.  Aratrón, tiene el poder de cambiar instantáneamente en
       piedras o metales objetos diferentes y al contrario, por ejemplo:
       convierte el carbón en oro y viceversa; enseña la Alquimia, la Ma-
       gia, la Física, hace invisibles a los seres y da larga vida.
            2o.  Bethor, confiere las altas dignidades acerca del hombre
       a los espíritus que le dan respuestas exactas, transporta los obje-
                                                         y prolonga
       tos de un lugar a otro, proporciona piedras preciosas
       la vida indefinidamente, si Dios lo permite.
            3o.  Phaleg, pertenece a los atributos de Marte, establece la
       paz y eleva a las altas jerarquías militares a quienes han recibido
       su marca.
            40.  Och. preside a los atributos del Sol, y da larga vida
                                                                  y
       salud, distribuye la sabiduría, enseña la medicina y da el poder de
       cambiarlo todo en oro puro, y en las piedras más preciosas.
            5o.  Hageth, bajo la influencia de Venus da muy grande
        hermosura a las mujeres que honra con su protección, les distribu-
        ye todas las gracias, cambia el cobre en oro y al contrario.
            6o.  Ophiel, posee  el poder de  la transmutación
                                                           metáh'ca.
        hasta el astro Mercurio; da el medio de transformar la plata en
        oro, transformación en que se funda, según la Alquimia, la gran
        piedra filosofal.
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