Page 23 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
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O, lo que es lo mismo, a partir de palabras del propio Eriúgena:

                  1.  “¿Acaso  no  se  da  a  entender  la  naturaleza  de  las dos  creaciones  del  hombre?
                  Ciertamente, primero está escrito: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de
                  Dios lo creó”. He aquí la primera creación, en la que no se ha hecho ninguna mención
                  al limo de la tierra ni tampoco al alma viviente... Evidentemente, primero expresa en
                  singular la simplicidad de la naturaleza antes del delito: “A imagen de Dios lo creó”.
                  Esto  mismo  -es  decir,  que  el  hombre  ha  sido  creado  igual  a  los  ángeles  pero  no
                  permaneció en aquella dignidad sino que inmediatamente comenzó a alejarse del bien.

                  2. Sigue la segunda creación, que toma su conocimiento de la división de la naturaleza
                  en dos sexos, división añadida por el castigo de la prevaricación: “Los creó macho y
                  hembra”. Pero expresó la división de la naturaleza humana en plural, debido al delito:     22
                  “Los creó macho y hembra”. Y la semejanza a los animales racionales siguió a esta
                  división: “El hombre fue hecho en un alma viviente”. Dios conformó en la naturaleza
                  humana  un  nuevo  modo  de  multiplicación  por  el  que  había  sido  animado  por  el
                  pecado,  implantando  en  la  humanidad  un  modo  de  sucesión  entre  ellos,  propio  del
                  animal irracional, en sustitución de la nobleza angélica.

                  Ni  la  Escritura  guarda  silencio  sobre  esto.  Pues  inmediatamente  después  de  la
                  trasgresión,  habla  de  que  la  naturaleza  humana,  que  era  simple  antes  del
                  pecado, fue dividida después de la caída en el doble sexo.”
                  (Juan Escoto Eriúgena, Periphyseon)



                         Splo hay que mirar la estética y la distribución de las diferentes imágenes (1-6 /

                  7-12) de este folio iluminado, para ver narrado en imágenes el concepto teológico de
                  la llamada Doble Creación del hombre. Por el detalle simbólico de la presencia de

                  los dos ángeles en su lateral, la última viñeta, la número 12, parece dejar muy claro,
                  que hay dos “espacios (o naturalezas)” en los que se produce la Creación: el espiritual

                  (el propio de Dios) y el material (el propio del hombre dividido en macho y hembra).

                         Además,  leyendo  esta  expresión  de  Eriúgena, el  hombre  ha  sido  creado
                  igual a los ángeles, se entiende perfectamente la presencia del detalle plástico que

                  comento y que permite dividir en dos secuencias simétricas estas imágenes (1-6 / 7-
                  12), con lo que el número seis aporta equilibrio a este simbolismo analizado.


                         Eriúgena  escribió  con  una  concepción  de  la  creación  del  hombre  llamada
                  Principio de la doble creación. Por este motivo, salva de la condena eterna a la

                  naturaleza  espiritual  del  hombre,  la  que  creó  Dios  sin  pecado,  a  su  imagen  y
                  semejanza. De ahí que, el teólogo redactor de este folio iluminado, conocedor de esta

                  teoría teológica, solo represente un hombre en la viñeta número seis. No es un error
                  de  cálculo.  La  serie  de  detalles  plásticos  de  este  folio  iluminado  hablan  del  alto

                  conocimiento  del  pensamiento  de  Eriúgena  que  tenía  el  teólogo  redactor  de  estas
                  imágenes.
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