Page 19 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
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lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso
                  Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el

                  día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue
                  la tarde y la mañana el día cuarto.


                         En la quinta viñeta, el Hijo de Dios lleva lo que parece un cetro en  su mano
                  derecha y, en su izquierda, sostiene una filacteria o rollo profético, remitiendo a lo que
                  se cumplirá, al plan salvífico de Dios. Una vez más, el resto de la plástica remite al libro

                  del Génesis: Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la
                                                                                                             18
                  tierra,  en  la  abierta  expansión  de  los  cielos. Y  creó  Dios  los  grandes  monstruos
                  marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género,
                  y  toda  ave  alada  según  su  especie.  Y  vio  Dios  que  era  bueno. Y  Dios  los  bendijo,

                  diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense

                  las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

                         En  la  sexta  viñeta,  el  Hijo  de  Dios,  mientras  enseña  la  palma  de  su  mano
                  derecha, con la izquierda vuelve a sostener el libro abierto como símbolo de que las

                  profecías se cumplirán. Una vez más, el resto de la plástica remite al libro del Génesis:
                  Luego  dijo  Dios:  Produzca  la  tierra  seres  vivientes  según  su  género,  bestias  y

                  serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de
                  la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra

                  sobre  la  tierra  según  su  especie.  Y  vio  Dios  que  era  bueno. Entonces  dijo  Dios:
                  Hagamos  al  hombre  a  nuestra  imagen, conforme  a  nuestra  semejanza;  y

                  señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra,
                  y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

                         Y, aquí, acaba la plástica que remite a esta explicación. Hay un detalle que lo

                  deja muy claro. En esta sexta viñeta, solo se coloca la figura de un hombre rodeado de
                  los animales. Y, además, si nos fijamos bien, esta sexta imagen es la última enmarcada

                  por cuatro ángeles, uno en cada esquina. ¿Por qué comento esto? A partir de aquí, las
                  otras seis viñetas cambian su forma de presentación y, también, sus detalles plásticos.

                  De hecho, los ángeles de las esquinas desaparecen.

                         No solo eso, al presentar así la última imagen, con solo un hombre que alude a

                  la  idea  de  Hagamos  al  hombre  a  nuestra  imagen, conforme  a  nuestra
                  semejanza,  este  detalle  plástico  remite  a  que  el  teólogo  redactor  de  las  imágenes

                  quiso pasar por alto el último fragmento del capítulo primero del libro del Génesis: Y
                  creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
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