Page 16 - Mediavilla-C-Caligrafia
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Aw1 cuando llegas al  úllimo capítulo del libro queda un mensa je subliminal que
                                                 no es otro que, como el lector libresco de Jllich, el calígrafo tiene la obligación moral
                                                 de sobrevivir.  Ha de aportar sus conocimientos e intuición sobre las clistanci<:ls
                                                 rehllivamente cortas enlre el  soporte, el  punto Jel útil, la mano sobre el mango del
                                                 útil  y el cerebro, a quiellq uiera que escuche, y decirle:  Aquí hay poder, a11nque  no
                                                 sea un poder reconocido por la sociedad actuaL Es  una distancia todavía humana en
                                                 el umbral de una sociedad que se rinde a las distancias inmensas enu·e la pantalh1,
                                                 pasando por una tecnocracia opaca con su plantilla legión, y el teclado, :.in llegar
                                                 siquiera al dedo. La  última frase de un ensayo de 199R, Calligrnphíe & pouvoir, en
                                                 gue Claude Mediavilla califica  la caligrafía como un arle, dice:  •<Para la autoriuad
                                                 soberana, el arte representa la hendedura en la coraza por donue se infiltran los
                                                 interrogantes y la contestación."
                                                    CaJa calígraio debe trabajar, modestamente o a gran escala segt'tn sus
                                                 capacidades, hacía •mna nueva edad de oro»,  romo dice el  autor en su conclusiótL
                                                 Puede asombnu· su decisión ele desarrollar su caligrafía en el campo de la pintura
                                                 ahstracta, pero también como afirma en su conclusión, la obra presente tiene como
                                                 principal razón de ser su aspecto didáctico. En La gota de oro, 1988, Michel Tournier,
                                                 Jespués de citar a  Hassan Massoudy en Calligmphie arabe vivwtte sobre la correcta
                                                 respiración durante la  caJjgrafía, nos cuenta una fascinante leyenda de la  reina rubia
                                                 en que un retrato maléfico, t'ntre Dorian Gray y la  cabeza de Medusa, pierde su
                                                  poder destructJvo cuando un  joven amanuense le reinterpreta los rasgos sobre hojas
                                                 de papel transparentes en trat.os caligráficos que  tienen sentido: la cara se divide en
                                                 ocho frases universales; el conjunto de hojas a contraluz reproduce la cnrn, esta vez
                                                 comprensible, espiritualizada, con  modulación benéfica según la secuencia de capas.
                                                  Así poéticamente Tournier sugiere que cualquier imagen se pueJe desglosar en
                                                  signos.
                                                    Claude Mecl.iavilla nos plantea la cuestión: ;.La caligrafía abstacta va  más allá de
                                                  esta ¡.>claridad de signo e imagen? Disfruten ele esta obra maestra de la cultura.


                                                                                    /
                                                    Kt:JTH  ADAMS









































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