Page 302 - Mediavilla-C-Caligrafia
P. 302

El  ojo humano comparado con el de los animales

                                                   El  proceso de la percepción óplica se ha desarrollado a lo largo de la evolución
                                                   humana con el fin  de procesar la  información que proviene del mundo exterior.
                                                   La percepción constituye uno <.le los sistemas que el hombre y los animales han
                                                  puesto en práctica para lograr Stl  supervivencia.  Pasa  por los cinco sentidos: el  oído,
                                                   el  olfato, el gusto, el  tacto y la vista. En su origen, el ser humano poseía otros, como
                                                   el sentido magnético, el de la gravedad o el de la  temperatura, que en la actualidad
                                                   solo poseen los animales. El  cerebro humano ha optado por privilegiar dos sentidos,
                                                   la vista y el  oído, y exige el máximo de ambos. Ante un evento, to<.lo cuanto se ve y
                                                   se oye debe ser interpretado  para que se le asigne 11na explicación coherente.
                                                   Esto supone una ventaja para el hombre con respecto a los animales, ya que éstos
                                                   últimos a  menudo se contentan con información en bruto, que no someten a
                                                   verificaciones rigurosas.  El  animal utiliza poco la asociación ele  ideas y carece sobre
                                                   todo de estrategia global. El :.cnti<.lo de la vista, que es el que aquí nos interesa, se
                                                   activa gracias al  maravilloso inslnunento que representa el ojo, el cual utiliza el
                                                   principio de la cámara oscura: una caja provista de un diafragma en  la parte
                                                   delantera y una película sensible en la trasera  (retina), que a su vez. se ve  asistida
                                                   por un número importaJ1te de neuronas, las cuales permiten interpretar la imagen.
                                                   La  retina, formada por una membrana muy sensible a la luz, contiene dos tipos de
                                                   células fotorreceptoras: los bastoncillos y los conos. Los  bastoncillos permanecen
                                                   operativos incluso bajo intensidades luminosas muy débiles, pero tienen el
            Claudc Medinvilla,  lCJYJ·  Cumpo~icion ge.-.t u,JI   inconveniente de que solo  pueden distinguir el negro y el blanco.  Lo~ conos, por
            l'i11ta sobre p<•pel.                  otro lado, son sensibles a los colores, pero requieren una mayor intensidad de luz..
                                                   E]  ojo humano es peculiarmente distinto al Je la  mosca, la abeja o el perro. En el
                                                   caso de éste último, su retina solo cuenta aproximadamente con un s"/.,  de cono!>,
                                                   por lo que es muy probable que nuestro más fiel compañero no diferencie bien los
                                                   colores, pero en cambio sí distingue, y rnuy bien, el blanco, el negro y los distintos
                                                   tonos de gris, todo ello bajo una luz ambiental muy débil. La  abeja, por su parte, con
                                                   sus ojos de incontables  facclas, ve la luz ultravioleta, mientras que, curiosamente,
                                                   parece ciega al  color rojo; el amarillo, el naranja y el verde son para ella colores que
                                                   fácilmente se confunden. También muestra una predilección por la percepción de
                                                   las formas rellenas, frente a las que están vacías.  La abeja recurre poco al color para
                                                   detectar el movimjento o  para orientarse en el espacio, ya que cuenta con otros
            l'ágino derecha: Cla11dc Mcdiavilla,  1<)90.   instrumentos a su disposición.  La  visión de este insecto supera, no obstante, a la del
            Papel encolado ~obre liento. Téc11ica  mixta, óleo   humano en ciertos aspectos, como la particularidad de percibir con igual  precisión
            y pigmentos naturalc¡,,  Formato: 73 x  too cm.
                                                   en todas las direcciones o la capacidad de analizar la polarización de la luz.  Nuestros
                                                   medios de percepción óptica son distintos y muy específicos.  Responden a unas
                                                   normas precisas que conviene tener en cuenta  si queremos obtener una máxima
                                                   eficacia en nuestras composiciones pictóricas.  l maginemos una exposidón di rígida
                                                   a un público compuesto  por perros o abejas. Sería necesario, segt'tn cada caso,
                                                   presentar obras con una  p<~ lela rica en grises o cuadros pintados en ultravioleta.


                                                   Mecanismos internos que rigen el acto caligráfico

                                                   Son pocas las personas que en  algún momento no se han sentido fascinadas por el
                                                   singular proceso que da origen al  acto caligráfico.  En efecto, el momento en el que
                                                   empuñamos el utensilio para trazar un signo tiene a  menudo algo de irreal y
                                                   produce la extraña sensación de estar accediendo a otro mundo. ¿Qué sutil  alquimia,
                                                   qué lógica interna explica este pro<.ligio? En  otras palabras, ¿cómo se generan las
                                                   formas expresivas y su poder emocional?  El  problema de esta génesis es tan





                278                                   OE  L/1  t.IILIC.KI\1-ÍI\  A  111  1\II!>TI\1\CCIÓN
   297   298   299   300   301   302   303   304   305   306   307