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Coupc(.t.,.. O}ff~~tü~L              Despues de endurecer el instrumento del modo indicado anteriormente, se corta
                                                 oblicuamente el extremo por el lado del vientre. se repite la operación por el
                                                 costado dorsal y se realiza la hendidura por este lado con el filo del cortaplumas,
               o~ CJJefM¡f«._)  .                el cual se introduce en el cañón, teniendo cuidado de no introducir demasiado la
                                                 cuchma. Siempre resulta más fácil ampliar la abertura por agrietamiento. lo que
                                                 tiene la ventaja de mantenerla cerrada. La tinta fluirá por el canal así formado.
            A      ll     e       o      E
                                                 Después se gira la pluma y se le practica una gran abertura sobre la panza. Puede
                                                 entonces procederse a formar  los gavilanes, vaciando el extremo a ambos lados de
                                                 la hendidura. Si la parte inferior de la  pluma es ligeramente cóncava, es posible
          ól   ~                                 allanarla quitando un poco de córnea. Finalmente, para tallar la punta se coloca
                                                 la  parte inferior de la pluma sobre una superficie dura y lisa.  Después se pone el
                                                 filo  del cortaplumas sobre el lugar por donde vamos a cortar. Este último golpe,
           ••
          ....  ó                                que los maestros de este arte denominan el  lacto, debe hacerse con sutileza,
                                                 enérgicamente, balanceando el  filo  de derecha a izquierda. Para un corte limpio es
                 ~·     G      H
                                                 imprescindible que oigamos gemir la  pluma. El  tallado que acabamos de describir
                                                 data del siglo xv111  y se trata de un  procedimiento que ha experimentado ligeras
                                                 variaciones en el  tiempo. En la Edad Media, por ejemplo, se acostumbraba a
                                                 practicar el primer corte oblicuo hasta la  punta, sobre la parte inferior del  cañón,
                                                 Jo  cual confiere un¡,¡  pequeña bóveda a  la pltHna que le permite retener mejor la
                                                 tinta. Hay que destacar que la placa sobre la que se corta la  pluma debe ser lisa
                                                 y plana, aproximadamente de 3 x 3 cm. Vn cuadrado de mármol o de celuloide
                                                 puede servir ¡.¡erfectamente, mientras que un soporte demasiado blando puede
                                                 resultar frágil.  Por otro lado, si dicha placa está adherida o fijada a  un trozo
          Grabado que muestr:a las diferente~ fases del   ele  madera más grueso y de forma parecida, los dedos tendrán mayor libertad
          tallado de la pl11rna en el ~iglo xv111, según   de movimiento.
          Paillasson. Lo  figura  A ptesenta la  plunla
                                                   Generalmente las plumas de cisne, águila, buitre, pavo y oca se utilizan para
          en perspectiva, en !tU talla flnaL  Límin¡t
          proceden ti~ de la /Jncic:lopedio, gwbaJa por   escrituras de un grosor mediano o grande, mientras que las Je pato o cttcrvo se
          t\ubl n,. 17lio.                       reservan pata las escrituras más finas.  Pese a su atractivo, las plumas de cisne son
                                                 más aptas para letras de gran formato, y son apreciadas por su firmeza y la amplitud
                                                 de su cañón. Las  plumas de pavo parecen ser las mejores para un uso ordinario.
                                                 Finalmente, las pequeñas plumas de ganso o de pato, como ya hemos dicho, se
                                                 utilizan para trazados y dibujos particularmente finos.  Como éstas son de pequeño
                                                 tamaño y dificiles de manejar, se puede cortar el  cañón para introducirlo en un trozo
                                                 de madera o de crui.a a modo de palillero.


                                                 La pluma de metal

                                                 Las plumas metálicas no son ní mucho menos insLrwnentos recientes y parece que
                                                 siempre han formado parte de la  parafernalia del escriba, como muestra el  hallazgo
                                                 de una pluma de cobre entre el  tesoro del faraón Ramsés ll, que reinó en el siglo XIII
                                                 a.  de C.  Los romanos también utilizaron con habilidad las plumas metálicas.
                                                 En  Pompeya fueron haUadas plumas de bronce cuya forma imüa las de ganso.
                                                 Pero fue en el siglo XIX, en plena era industrial, cuando este instrumento de escritura
                                                 alcanzó su verdadero florecimiento. En 1822 el  británico )nhn Mitchell obtuvo la
                                                 patente de las primeras plumillas de acero. Ocho aí'ios después joseph Gillott creó
                                                 la industria de la plumiJJa metálica en Birmíngham, con lo que surgió  un nuevo
                                                 mercado, como consecuencia de la prosper-idad comercial ele Gran Bretai1a.
                                                   Francia no tardó en activar este sector. J.B.  Mallat empezó a comercializar
                                                 plumillas inglesas de Birmingham a partir de 1843. y encontró fácilmente su
                                                 clientela entre los empleados ele la administración. La  masiva importación de
                                                 plumillas inglesas, que en ocasiones iban destinadas a Alemania, llamó la atención





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