Page 304 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  por  una  parte  un  aumento  increíble  del  consumo  de  drogas,  pero  por  otra  el                  desapego  a  la  pareja  y  a  la  familia,  y  un  apego  a  lo  transitorio,  al  placer                  instantáneo,  a  la  pornografía,  aunque  en  términos  postmodernos,  no  es  posible                  hacer  una  radiografía  de  la  sociedad  postmoderna,  sino  solamente  de  una                  microparte de la sociedad, en todo caso de una familia o de grupo, no hay manera                  de  encasillar  o  colocar  bajo  nuestros  estándares  intelectuales  al  estilo                  postmoderno de vida, si puede llamarse así a algún grupo social.                  Carlos Mejías                         El  paso  del  modernismo  al  postmodernismo,  dos  problemas  básicos:  la                  imagen  de  la  realidad  y  el  de  la  imagen  del  hombre.  Tres  contradicciones:  la                  masificación  e  individualización,  desarrollo  tecnológico  y  desarrollo  social,                  contradicción  entre  participación  y  marginalidad.  Un  individualismo  sin                  responsabilidad  social,  economía  centrada  en  el  mercado,  modelo  de                  neoliberalismo,  globalización,  control  financiero  y  producción  periférica                  acompañada  de  flexibilización  laboral.  En  el  plano  social  de  la  sociedad                  disciplinaria  propia  del  modernismo  (según  Foucault)  a  la  sociedad  de  control                  mediático-consumista  que  es  propia  del  postmodernismo.  Las  estrategias  han                  cambiado, ya no se trata desde la vigilancia de las almas sino el control de los                  deseos a través del consumo...                  Carlos Mejías                         Una de las características principales del posmodernismo, es su naturaleza                  hedocéntrica, o forma de vida social ajustada en el hedonismo, el placer como fin                  de la existencia y valor dominante, y el deleite de los sentidos como objetivo vital.                  La posmodernidad ha sustituido milenios de actividad humana, cuyo rasgo ha sido                  la cultura del esfuerzo, por una vocación de vida calculada en el placer. Como se                  vive  para  el  presente,  desaparece  la  valoración  social  por  el  esfuerzo.  Esa                  propulsión a vivir del presente impele una implicación económica inicua, pues la                  orientación de inmediatez absoluta forja una idolatría del consumo, y este pasa a                  ser un fin en sí mismo.                                                             304
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