Page 58 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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El primer filósofo que deja de lado el mito inmerso en esta cosmología es Tales (624-548 a.C.) originario de Mileto, en las costas del Egeo, rodeado de agua, quien basó ese origen inmutable, universal y plural, en el agua, afirmando que todas las cosas proceden del agua y se resuelven igualmente en el agua. Tales fue astrónomo, estadista, ingeniero, geómetra y filósofo, quien buscó: “el fundamento natural de las cosas y en su afán por la abstracción, que consideraba más valiosa que la intuición o la sensibilidad, postula que el principio originario, la sustancia primordial de todas las cosas es el agua, que en diversos grados de condensación da lugar a todos los elementos y estados y es una fuerza eterna, activa, susceptible de dar existencia” (Diaz: 2002, p. 15). Con ello Tales de Mileto trata de dar una explicación racional al mito de la naturaleza, deslastrándose totalmente de éste, observa en el agua una fuerza primordial de la cual surge el cosmos, pero también en esa energía que provoca el cambio, ello permite establecer que el agua de Tales es tanto causa material como formal, toda vez que explica de que están hechas todas las cosas (causa material) como el motivo por el cual las cosas son como son (causa formal), por lo que no compartimos las críticas de Aristóteles a Tales en cuanto a que solamente expone una causa material. Por su parte Anaximandro de Mileto (610-546 a.C.) discípulo de Tales, quien también al igual que su maestro se plantea los problemas del arjé, pero sin identificarlo con ninguna sustancia corpórea en concreto, por considerar que se encuentra en todas ellas sin llegar a ser sustancia, constituyendo un substrato de todas las sustancias, llamándola apeiron, el cual es indeterminado, ilimitado o infinito, que puede llegar a ser cualquier sustancia, el cual posee un dinamismo al principio radical que es causa de todas las cosas, concibiéndola como “una masa indiferenciada de enorme extensión, de cuyo caos surgían torbellinos que formaban mundos, los que no eran creados sino que evolucionaban” (Schneider: 2005, p. 11.), por encontrarse en constante movimiento que lo llevó a la separación en cualidades opuestas, como el frio y el calor, seco y húmedo, lo que 58