Page 69 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  pedía dinero ni gratitud de nadie. Entonces, Sócrates continuó manifestando que                  la sabiduría que poseía era lo que lo había llevado a ser objeto de un sin fin de                  denuncias  tan  apartadas  de  la  realidad,  pero  que  su  sabiduría  era  totalmente                  humana.                        Emprendió a referir la historia, en la cual, su amigo Querefonte se presentó                  ante el Oráculo de Delfos y le deliberó si existía otro hombre en el mundo más                  sabio que Sócrates y el Oráculo reveló que no, no había alguien más sabio que él,                  al dar cuenta de aquello, Sócrates se dio a la tarea de revelar aquello que el dios                  quería decir con eso y emprendió por acercarse a todas aquellas personas que                  eran considerados por los demás, y por ellos mismos, sabios, los primeros fueron                  los políticos, en ese momento, Sócrates descubrió, que los que decían ser sabios                  y eran reconocidos como tal, no lo eran efectivamente, que conjeturaban de algo                  que no eran y por hacérselos saber se ganó la hostilidad de muchos.                        Una  vez  culminada  con  los  políticos,  se  dirigió  a  los  poetas,  luego  a  los                  artesanos, con ambos la historia se refrendó, al igual que los políticos, los poetas y                  los artesanos presumían ser más sabios de lo que ciertamente eran, opinaban que                  por conocer y saber hacer bien su oficio, sabían todo, en todos los asuntos, algo                  que a Sócrates le parecía presumido y nublaba todo conocimiento que pudiesen                  tener.                        Inmediatamente,  desde  esa  indagación,  Sócrates  se  ganó  muchísimos                  enemigos, pero manifestó que el dios decía la verdad, que él era más sabio que                  todos ellos porque era idóneo de reconocer que la verdad era que él porque no                  sabía nada de nada.                        Dejando evidencia lo anterior, Sócrates paso a defenderse de la acusación                  realizada  por  Meletos,  quien  testificaba  que  corrompía  a  la  juventud  por  no                  reconocer a los dioses de la ciudad, y para hacerlo, Sócrates solicitó que el propio                  Meletos, quien siempre se había negado a dialogar con él, respondiera algunas                  preguntas, las respuestas dadas por Meletos llevaron a Sócrates a consumar que                  no  era  él  quien  pervertía  a  los  jóvenes  y  que  en  caso  de  hacerlo  los  hacía  de                  manera  impensada,  por  lo  que  pudo  demostrar  que  Meletos  estaba  errado  o                                                             69
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