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to¡L-LOS GRANDES HOMBRES

dos enormes palos forrados · de una gruesa • 1 !
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capa de teas y ramas secas, que untaron con
pez y azufre. Y en cada uno de aquellos pa-
los., pusieron aún dos 1antenas, y colgados de
ellos, va:r:ios braseros repletos de substancias
inflamables.
Aprovechando el viento, allí violentísimo,
que soplaba hacia el terraplén, los tirios sol-
taron 1a extraña nave hacia el continente.
Cerca de las torres, prendieron fuego al com-
bustible ylo lanzaron contra el terraplén, sal-
vándose después a nado los que iban en la
nave. Y mientras las torres ardían y los ma-
teriales combustibles vertidos sobre ellos ali-
mentaban el incendio, los tirios disparaban
sus flec:has contra los que intentaban apagar-
lo y hostigaban a los tr:abajadores de modo _
_ terrible.
Alejandro, en vez de desanimarse por esta
lucha interminable, mandó construir un te-
rraplén más ancho_,_ en el que cupieran más to-
rres de defensa ,y mientras esto se ejecuta:ba
se dirigió a Sidón, para asegurarse la supre.:.
m_acía del mar, único recurso que podía darle
le. victoria en Tiro.
El rey de Chipre,_ noticioso de su llegada,