Page 159 - El Retorno del Rey
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La última deliberación
A maneció el día siguiente a la batalla, una mañana clara, de nubes ligeras y un
viento que viraba hacia el oeste. Legolas y Gimli, que estaban en pie desde
temprano, pidieron permiso para subir a la ciudad, pues querían ver en seguida a
Merry y a Pippin.
—Es bueno saber que están vivos —dijo Gimli—; porque durante nuestra
marcha a través de Rohan nos costaron no pocas penurias, y no me gustaría que
todo ese esfuerzo hubiera sido en vano.
El elfo y el enano entraron juntos en Minas Tirith, y la gente que los veía
pasar contemplaba maravillada a esos dos extraños compañeros: porque Legolas
era de una belleza más que humana, y mientras caminaba en la mañana
entonaba con voz clara una canción élfica; Gimli en cambio marchaba junto al
elfo con un andar reposado, y se acariciaba la barba, y miraba todo alrededor.
—Hay buena mampostería —dijo, observando los muros—; pero también
otras no tan buenas, y las calles podrían estar mejor trazadas. Cuando Aragorn
obtenga lo que es suyo, le ofreceré los servicios de los picapedreros de la
Montaña, y entonces convertiremos a Minas Tirith en una ciudad de la que podrá
sentirse muy orgulloso.
—Lo que necesitan son más jardines —dijo Legolas—. Las casas están como
muertas, y es demasiado poco lo que crece aquí con alegría. Si Aragorn obtiene
un día lo que es suyo, los habitantes del Bosque le traerán pájaros que cantan y
árboles que no mueren.
Encontraron por fin al príncipe Imrahil, y Legolas lo miró, y se inclinó ante él
profundamente; porque vio que en verdad estaba ante alguien que tenía sangre
élfica en las venas.
—¡Salve, Señor! —dijo—. Hace ya mucho tiempo que el pueblo de
Nimrodel abandonó los bosques de Lorien, pero se puede ver aún que no todos
dejaron el puerto de Amroth y navegaron rumbo al Oeste.
—Así lo dicen las tradiciones de mi tierra —respondió el príncipe—; y sin
embargo nunca se ha visto allí a uno de la hermosa gente en años incontables. Y
me maravilla encontrar uno aquí y ahora, en medio de la guerra y la tristeza.
¿Qué buscas?
—Soy uno de los Nueve Compañeros que partieron de Imladris con
Mithrandir —dijo Legolas—, y con este enano, mi amigo, he acompañado al
Señor Aragorn. Pero ahora deseamos ver a nuestros amigo Meriadoc y Peregrin,
que están a tu cuidado, nos han dicho.
—Los encontraréis en las Casas de Curación, y yo mismo os conduciré —