Page 391 - El Retorno del Rey
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III
El Pueblo de Durin
En lo que concierne al principio de los Enanos, los Eldar tanto como los Enanos
mismos cuentan historias extrañas, pero muy anteriores a nuestros días, y de las
que poco se dirá aquí. Durin es el nombre que daban los Enanos al mayor de los
Siete Padres de la raza, y el antecesor de todos los reyes de los Barbiluengos.
Dormía solo, hasta que en las profundidades del tiempo y el despertar de aquel
pueblo, se marchó a Azanulbizar, y moró en las cuevas sobre Kheled-zâram, al
este de las Montañas Nubladas, donde las Minas de Moria fueron luego
celebradas en cantos.
Allí vivió tanto tiempo que se lo conoció hasta muy lejos como Durin el
Inmortal. No obstante, al fin murió, antes de que terminaran los Días Antiguos, y
su tumba estaba en Khazad-dûm; pero su linaje no terminó nunca y cinco veces
nació un heredero en la Casa, tan parecido al anterior que todos recibieron el
nombre de Durin. Los Enanos sostenían en verdad que era el Inmortal que había
vuelto; pues tienen muchos cuentos y creencias extraños acerca de sí mismos y
del destino que les espera en el mundo.
Al cabo de la Primera Edad el poder y la riqueza de Khazad-dûm se habían
acrecentado sobremanera, porque mucha gente y mucha ciencia y artesanías la
habían enriquecido, cuando las antiguas ciudades de Nogrod y Belegost en las
Montañas Azules se arruinaron con el quebrantamiento de Thangorodrim. El
poder de Moria sobrevivió a través de los Años Oscuros y el dominio de Sauron,
porque aunque Eregion se destruyó y Moria cerró sus puertas, las estancias de
Khazad-dûm eran demasiado fuertes y profundas, y colmadas de un pueblo
demasiado numeroso y valiente como para que Sauron pudiera conquistarlas
desde fuera. De este modo la riqueza de Khazad-dûm permaneció intacta largo
tiempo, aunque su pueblo empezó a declinar.
Sucedió que en medio de la Tercera Edad, Durin fue nuevamente rey, el
sexto de ese nombre. El poder de Sauron, servidor de Morgoth, crecía
nuevamente en el mundo, aunque la Sombra del Bosque que enfrentaba a Moria
no se reconocía aún como lo que era. Todas las criaturas malignas estaban
agitándose. Por entonces los Enanos cavaban muy hondo bajo Barazimbar en
busca de mithril, el metal inapreciable que año tras año era más difícil de
encontrar. De ese modo despertaron del sueño [18] a una criatura espantada que
había huido de Thangorodrim y yacía oculta en los cimientos de la tierra desde la
llegada de la Hueste del Occidente: un Balrog de Morgoth. Durin fue muerto por
él, y al año siguiente, también Náin I, hijo de Durin; y así pasó la gloria de Moria,
y su pueblo fue destruido o huyó muy lejos.