Page 392 - El Retorno del Rey
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La mayor parte de los que escaparon se dirigieron al Norte, y Thráin I, hijo de
Náin, llegó a Erebor, la Montaña Solitaria, cerca del borde oriental del Bosque
Negro, y empezó allí nuevas obras, y se convirtió en Rey bajo la Montaña. En
Erebor encontró una gran joya, la Piedra del Arca, el Corazón de la Montaña.
Pero Thorin I, hijo de Thráin, fue hacia el Norte, a las Montañas Grises, donde
estaba juntándose la mayoría del pueblo de Durin; porque esas montañas eran
ricas y estaban poco exploradas. Pero había dragones en los yermos de allende
las montañas; y al cabo de muchos años cobraron fuerza, y se multiplicaron e
hicieron la guerra a los Enanos y estropearon sus obras. Finalmente, Dáin I, junto
con su hijo segundo, fue muerto a las puertas de sus estancias por un gran dragón
frío.
No mucho después la mayor parte del Pueblo de Durin abandonó las
Montañas Grises. Grór, hijo de Dáin, se encaminó con muchos seguidores a las
Colinas de Hierro; pero Thrór, el heredero de Dáin, junto con Borin, hermano de
su padre, y el resto del pueblo, regresó a Erebor. Thrór llevó a la Gran Estancia
de Thráin la Piedra del Arca, y él y su pueblo prosperaron y se enriquecieron y
tuvieron la amistad de los Hombres de las cercanías. Porque no sólo hacían cosas
asombrosas y bellas, sino también armas y armaduras de gran valor; y había un
gran tráfico de minerales entre ellos y sus parientes de las Colinas de Hierro. De
este modo los Hombres del Norte que vivían entre el Celduin (Río Rápido) y el
Carpen (Aguas Rojas) se hicieron fuertes y rechazaron a todos los enemigos del
Este; y los Enanos vivían en la abundancia y había fiestas y canciones en las
Estancias de Erebor.
De este modo el rumor de la riqueza de Erebor se extendió y llegó a oídos de
los dragones, y por fin Smaug el Dorado, el más grande de los dragones de
entonces, se alzó y sin advertencia alguna se lanzó contra el Rey Thrór y
descendió sobre las Montañas envuelto en llamas. No transcurrió mucho tiempo
antes de que todo el reino fuera destruido, y la cercana ciudad del Valle quedó
deshecha y abandonada; pero Smaug penetró en la Gran Estancia y yació allí
sobre un lecho de oro. Muchos de los parientes de Thrór escaparon del saqueo y
el incendio; y último de todos y por una puerta secreta salió el mismo Thrór, en
compañía de su hijo Thráin II. Se alejaron hacia el sur con su familia, [19]
emprendiendo un largo camino errante. Con ellos iba también una pequeña
compañía de parientes y fieles seguidores.
Años después Thrór, ahora viejo, pobre y desesperado, dio a su hijo Thráin el
único gran tesoro que aún poseía: el último de los Siete Anillos, y luego se alejó
con un solo compañero, llamado Nár. Del Anillo le dijo a Thráin al despedirse:
—Puede que esto sea el fundamento de una nueva fortuna para ti, aunque
parece improbable. Pero se necesita oro para hacer oro.
—¿No pensarás en regresar a Erebor? —preguntó Thráin.
—No a mi edad —dijo Thrór—. Delego en ti y en tus hijos la venganza