Page 109 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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llegado  lava  hasta  la  superficie  desde  una  profundidad  de  tres  mil  metros.  La

  naturaleza  volcánica  de  las  islas  que  existen  actualmente  en  el  océano  Atlántico
  confirma  la  afirmación  de  Platón  de  que  la  Atlántida  fue  destruida  por  cataclismos

  volcánicos.  Termier  adelanta  también  la  conclusión  de  un  joven  zoólogo  francés,

  Louis  Germain,  que  reconoció  la  existencia  de  un  continente  atlántico  unido  a  la

  península Ibérica y a Mauritania y que se prolongaba hacia el sur para incluir algunas
  regiones  de  clima  desértico.  Termier  finaliza  su  conferencia  con  una  explicación

  gráfica del hundimiento de aquel continente.

       La descripción de la civilización atlante que Platón ofrece en el Critias se puede

  resumir como sigue. En los primeros tiempos, los dioses se repartieron la tierra entre
  ellos, de forma proporcional a sus dignidades respectivas. Cada uno se convirtió en la

  divinidad particular de la zona que le tocaba, donde levantó templos dedicados a sí

  mismo,  ordenó  sacerdotes  y  estableció  un  sistema  de  sacrificios.  A  Poseidón  le
  correspondieron el mar y el continente insultar de la Atlántida. En medio de la isla

  había una montaña que era la morada de tres seres humanos primitivos, nacidos en la

  tierra: Evenor; su esposa, Leucipe, y su única hija, Clito o Clitoé. La doncella era muy
  hermosa  y,  tras  la  muerte  repentina  de  sus  padres,  Poseidón  la  cortejó  y  juntos

  tuvieron cinco pares de hijos varones. Poseidón repartió su continente entre ellos y

  puso a Atlas, el mayor, por encima de los otros nueve. Además, en honor a Atlas,

  Poseidón  llamó  Atlántida  al  país  y  Atlántico  al  océano  que  lo  rodeaba.  Antes  del
  nacimiento de sus diez hijos varones, Poseidón dividió el continente y el mar costero

  en zonas concéntricas de tierra y agua, tan perfectas como si las hubiese hecho con un

  torno. Dos zonas de tierra y tres de agua rodeaban la isla central, que Poseidón hizo

  que estuviera irrigada por dos manantiales de agua: uno caliente y el otro frío.
       Los  descendientes  de  Atlas  siguieron  administrando  la  Atlántida  y,  gracias  a  su

  gobierno  acertado  y  a  su  laboriosidad,  el  país  alcanzó  una  posición  de  notable

  importancia.  Daba  la  impresión  de  que  los  recursos  naturales  de  la  Atlántida  eran
  ilimitados. Se extraían metales preciosos se domesticaban los animales salvajes y se

  destilaban  perfumes  de  sus  flores  fragantes.  Además  de  disfrutar  de  aquella

  abundancia natural por su situación semi-tropical, los atlantes se ocuparon también de

  construir palacios, templos y muelles. Tendieron puentes para cruzar las zonas marinas
  y después excavaron un canal profundo para conectar el océano con el centro de la

  isla,  donde  estaban  los  palacios  y  el  templo  de  Poseidón,  que  superaba  en

  magnificencia a todas las demás construcciones. Crearon una red de puentes y canales

  para unir las distintas partes de su reino.
       A continuación, Platón describe las piedras blancas, negras y rojas que extrajeron
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