Page 111 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
P. 111

reyes de la Atlántida establecían que no podían levantarse en armas los unos contra

  los  otros  y  que  debían  colaborar  con  cualquiera  de  ellos  que  fuese  atacado.  En
  cuestiones de guerra y en las de mayor trascendencia, los descendientes directos de la

  familia de Atlas tenían la última palabra. Ningún rey podía decidir sobre la vida y la

  muerte de ninguno de los suyos sin el consentimiento de la mayoría de los diez.

       Para  concluir  su  descripción,  Platón  declara  que  aquel  fue  el  gran  imperio  que
  atacó  a  los  estados  helénicos  aunque  aquello  no  ocurrió  hasta  después  de  que  su

  poder y su esplendor hubiesen apartado a los reyes atlantes del camino de la sabiduría

  y  la  virtud.  Llenos  de  falsa  ambición,  los  gobernantes  de  la  Atlántida  decidieron

  conquistar el mundo entero. Al darse cuenta de la maldad de los atlantes Zeus reunió a
  los  dioses  en  su  morada  sagrada  para  hablar  con  ellos  Aquí  acaba  bruscamente  la

  narración  de  Platón,  porque  el  Critias  nunca  fue  acabado.  En  el  Timeo  hay  otra

  descripción  de  la  Atlántida,  que  supuestamente  proporcionó  a  Solón  un  sacerdote
  egipcio, y que concluye con estas palabras:



       «Mas después se produjeron violentos terremotos e inundaciones y en un solo

       día y noche de lluvia todos tus hombres belicosos en masa, se hundieron en la

       tierra  y  la  isla  de  la  Atlántida  desapareció  también  de  la  misma  forma  y  se
       hundió bajo las aguas. Este es el motivo por el cual en aquellas partes el mar es

       intransitable e impenetrable, porque hay tal cantidad de barro poco profundo

       en el camino, y esto se debe al hundimiento de la isla».



       En la introducción a su traducción del Timeo, Thomas Taylor toma una cita de la
  Historia  de  Etiopía  escrita  por  Marcelo  que  contiene  la  siguiente  referencia  a  la

  Atlántida:  «Porque  cuentan  que  en  aquel  tiempo  había  siete  islas  en  el  océano

  Atlántico, consagradas a Proserpina, y, además de estas, otras tres de una magnitud

  descomunal; una de ellas estaba consagrada a Plutón; otra, a Anión, y otra, que está en
  medio de aquellas y mide mil estadios, a Neptuno». Crantor, en su comentario sobre

  lo  que  dice  Platón,  afirmó  que,  según  los  sacerdotes  egipcios,  la  historia  de  la

  Atlántida estaba escrita en estelas que todavía se conservaban en tomo al año 300 a. de

  C. [15]  Ignatius Donnelly, que estudió en profundidad el tema de la Atlántida, creía que
  los atlantes fueron los primeros en domesticar caballos, que, por tal motivo, siempre

  se han considerado particularmente consagrados a Poseidón.                          [16]

       Si analizamos con atención la descripción de la Atlántida que hace Platón, resulta

  evidente que la historia no se puede considerar totalmente fidedigna, sino, más bien,

  en  parte  alegoría  y  en  parte  real.  Orígenes,  Porfirio,  Proclo,  Jámblico  y  Siriano
   106   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116