Page 126 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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que se atribuyen a él». (En el capítulo sobre la teoría de la matemática pitagórica se

  encontrará la tabla de las letras originales de Cadmo). Los investigadores creen que la
  persona  a  la  cual  los  judíos  conocían  como  Enoch  y  a  la  que  Kenealy  llamaba  el

  «segundo mensajero de Dios» era Hermes. Hermes fue aceptado en la mitología de los

  griegos y después se convirtió en el Mercurio de los romanos. Fue venerado con la

  forma del planeta Mercurio, porque su cuerpo es el más próximo al sol: de todas las
  criaturas, Hermes era la más cercana a Dios y fue conocido como «el mensajero de los

  dioses».

       En  los  dibujos  egipcios  que  lo  representan,  Thot  lleva  una  tablilla  de  cera  para

  escribir y es el que toma nota cuando se pesa el alma de los difuntos en la sala del
  juicio de Osiris, un ritual de gran trascendencia. Hermes tiene mucha importancia para

  los estudiosos masónicos, porque fue el autor de los rituales de iniciación masónicos,

  que  se  tomaron  de  los  Misterios  establecidos  por  Hermes.  Casi  todos  los  símbolos
  masónicos tienen carácter hermético. Pitágoras estudió matemática con los egipcios y

  de ellos obtuvo el conocimiento de los sólidos geométricos simbólicos. También se

  venera a Hermes por su reforma del sistema del calendario. Aumentó el año de 360 a
  365  días,  con  lo  cual  estableció  un  precedente  que  aún  perdura.  Fue  llamado  «tres

  veces grande», porque se lo consideraba el más importante de todos los filósofos, el

  más grande de todos los sacerdotes y el principal de todos los reyes. Merece la pena

  destacar  que  el  último  poema  del  querido  poeta  estadounidense  Henry  Wadsworth

  Longfellow fue una oda lírica a Hermes.                 [30]





  Los fragmentos herméticos mutilados



  Sobre  el  tema  de  los  libros  herméticos,  James  Campbell  Brown,  en  A  History  of
  Chemistry,  ha  escrito  lo  siguiente:  «Dejando  aparte  el  período  caldeo  y  el  egipcio

  primitivo, de los cuales conservamos restos, pero nada escrito y de los cuales no nos
  han  llegado  nombres  de  químicos  ni  de  filósofos,  abordamos  ahora  el  período
  histórico, en el cual se escribieron libros, al principio no sobre pergamino ni papel,
  sino  sobre  papiro.  Una  serie  de  libros  egipcios  primitivos  se  atribuye  a  Hermes
  Trismegisto,  que,  posiblemente  fue  un  verdadero  erudito  o,  tal  vez,  una

  personificación de una larga serie de escritores. […] Algunos lo identifican con el dios
  griego Hermes y con el egipcio Thot o Tuti, que era el dios de la luna, y en las pinturas
  antiguas aparece con cabeza de ibis y con el disco y la media luna. Los egipcios lo
  consideraban  el  dios  de  la  sabiduría,  las  letras  y  el  registro  del  tiempo.  Como
  consecuencia del gran respeto que sentían por Hermes, los antiguos alquimistas daban
  el nombre de “herméticos” a los escritos químicos y por eso se sigue diciendo “sellado
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