Page 94 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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iniciados  resplandecientes  de  comprensión  intelectual  y  espiritual,  eran  el  fruto

  perfecto del árbol divino, que daba fe ante el mundo material de la fuente recóndita de
  la luz y la verdad.

       Los ritos de Eleusis se dividían en los llamados Misterios mayores y los menores.

  Según  James  Gardner,  los  Misterios  menores  se  celebraban  en  primavera

  (probablemente  en  la  época  del  equinoccio  vernal)  en  la  ciudad  de  Agrae  y  los
  mayores, en otoño (la época del equinoccio otoñal) en Eleusis o en Atenas. Se supone

  que los primeros se cumplían todos los años y los segundos, cada cinco años. Los

  rituales de los eleusinos eran muy complicados y para comprenderlos había que tener

  un conocimiento profundo de la mitología griega, que ellos interpretaban bajo su luz
  esotérica con ayuda de sus claves secretas.

       Los Misterios menores estaban dedicados a Perséfone. En Eleusinian and Bacchic

  Mysteries,  Thomas  Taylor  resume  su  finalidad  con  estas  palabras:  «Los  Misterios
  menores  habían  sido  ideados  por  los  teólogos  antiguos,  sus  fundadores,  para
  representar de forma oculta la condición del alma impura dotada de un cuerpo terrenal

  y envuelta en una naturaleza material y física».
       La leyenda que se utiliza en los ritos menores es la del rapto de la diosa Perséfone,

  hija de Ceres, por Plutón, el señor de los infiernos, o el Hades. Mientras Perséfone

  está cogiendo flores en un prado hermoso, de pronto se abre la tierra y el sombrío

  señor de la muerte, en un carruaje magnífico, sale de las lúgubres profundidades, la
  coge en sus brazos y se lleva a la diosa, que grita y forcejea, a su palacio subterráneo,

  donde la obliga a convertirse en su reina.

       Es  poco  probable  que  muchos  de  los  iniciados  comprendieran  el  significado
  místico  de  esta  alegoría,  porque  parece  que  muchos  pensaban  que  se  refería

  exclusivamente  a  la  sucesión  de  las  estaciones.  Cuesta  obtener  información

  satisfactoria  acerca  de  los  Misterios,  porque  los  candidatos  estaban  obligados  por

  juramentos inviolables a no revelar jamás a los profanos los secretos más recónditos.
  Al comienzo de la ceremonia de iniciación, el candidato se ponía de pie sobre la piel

  de los animales que habían sido sacrificados a tal fin y juraba que la muerte sellaría

  sus  labios  antes  de  que  divulgaran  las  verdades  sagradas  que  estaban  a  punto  de

  comunicarle.  No  obstante,  algunos  de  sus  secretos  se  han  conservado  por  canales
  indirectos. Las enseñanzas que se transmitían a los neófitos eran, esencialmente, las

  siguientes:



       El alma humana —a menudo llamada «psique» y en los Misterios eleusinos
       simbolizada  por  Perséfone—  es,  esencialmente,  algo  espiritual.  En  realidad,
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