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•Pastor
                   •Líder de adoración
                   •Ministro de niños
                   •Coordinador para visitar a los nuevos (desde el comienzo hasta ser un miembro pleno)
                   •Líder de evangelismo
                   •Movilizador de los dones espirituales (también el mismo pastor)
                   •Tesorero

                 El trabajo de un fundador de iglesia es equipar a la gente, prepararla y enviarla; sin
                ser celoso, dejando que otros trabajen. No podemos tener celo y luego decir: “mira, yo
                tengo que hacer todo, sino, no funciona…” Si así pensamos, la iglesia siempre va a tener
                un techo y nunca logrará nada más allá de ese techo.

                  Un plantador de iglesia no debe ser un hombre orquesta, tiene que activar a la gente
                más allá de su propio techo. Es como el padre que quiere que sus hijos lo superen en
                lo que él mismo logró, quiere más para sus hijos. Nosotros debemos sentir lo mismo
                con nuestros discípulos, desear que superen nuestro ministerio y que no haya celos,
                al contrario, que sea un orgullo decir: “¡Ellos hicieron la obra mejor que yo! gracias a
                Dios…”. Esto es bueno porque somos los padres y sus logros son parte nuestra tam-
                bién, de lo que les brindamos preparándolos y luego soltándolos para que desarrollen
                sus dones y ministerios espirituales.

                  En otro aspecto, tenemos que ser cuidadosos con los líderes que vienen con su pro-
                pia agenda, personas que traen su manera de hacer, organizar, y quieren manejar la
                iglesia. Esto se ve mucho en las nuevas congregaciones; cuando se abren las puertas,
                se abren para todos, y a veces vienen personas de otras iglesias que dicen: “¡Uh! Ahora
                es mi oportunidad de hacer lo que no pude hacer en mi otra iglesia”, y quieren imponer su agenda.

                  Los pastores de la nueva congregación deben dedicar el 80% de su tiempo a los
                nuevos creyentes y el 20% a las personas que vienen de otras congregaciones. Tal vez
                estas personas atraen más, porque vienen con una vida cristiana desarrollada, con ca-
                pacidades, dones, servicios, diezmos, etcétera, pero un verdadero pastor ama a todos,
                quiere a todos, se enfoca en cuidar a las ovejas y en cuidar a los líderes para que haya
                armonía y paz y que todos estén tirando hacia el mismo lado.



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