Page 201 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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Ella sonrió con un toque de tristeza.


                    —Gracias, pero no me considero un miembro de la Alianza. Soy una ciudadana
           de ningún lugar excepto, tal vez, el Templo de la Luz Abisal —dijo—. Voy a dónde la

           Luz me guíe. Realmente creo que éste es el camino correcto para zurcir otras y más
           grandes grietas.


                    Anduin no pudo dejarlo ir sin estar completamente seguro. Había demasiado en
           riesgo.


                    —El reino de Lordaeron es tu derecho. Pocos estarán dispuestos a dejar ir ese
           título y el poder que les daría —presionó—. Entiendo tu razonamiento, pero muchos no.

           Puede que tengas algunos campeones nacionalistas levantándose, listos para tomar la
           ciudad en tu nombre.


                    De pronto su expresión se volvió pensativa y ella buscó sus ojos.


                    —¿Estarás entre ellos, Anduin? ¿Es por eso que preguntas? ¿El rey de Stormwind
           haría guerra con la Horda y purgar Undercity, para garantizarle a la reina de Lordaeron
           su reino vacío?


                    El trono era suyo por derecho. ¿Pero valía la pena una guerra si ella mostraba un
           deseo de reclamarlo? Ella vio el conflicto en su rostro y puso una mano en la de él.


                    —Entiendo.  No  te  preocupes.  Aquellos  que  actualmente  habitan  Lordaeron
           vivieron ahí en vida. Los renegados son los verdaderos herederos. Ahora les pertenece.

           Lo mejor que puedo hacer por aquellos a los que hubiera gobernado es exactamente lo
           que estoy haciendo. He encontrado paz y una vocación en la que de verdad importo. Eso
           es más importante que una corona ensangrentada.


                    —Sacrificar paz y una vocación es usualmente el precio de una corona —dijo

           Anduin.

                    —Tú  no has dejado que  sea  así. Stormwind  es  afortunada de tenerte. Pero  si

           realmente  deseas  agradecerme,  tengo  un  favor  que  pedirte.  A  ti  y  al  arzobispo.  Me
           gustaría participar en la Reunión.


                    Anduin frunció el ceño levemente.


                    —No creo que sea sabio —dijo—. Puede que haya algunos que te reconozcan.
           Podría ser peligroso. Podría ser… malinterpretado  —podría, de hecho, llevarlos a la
           guerra.


                    —Si alguno de los renegados me reconoce, me dará la oportunidad de mostrarles
           que no represento ningún peligro —contraatacó —Que no tengo deseos de sacarlos del


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