Page 120 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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ORESTIADA
interior de su templo. En un momento dado, se puede ver ya
la colina del Areópago. Se ve también el templo y la estatua de
Atenea. Entran a escena Hermes y Orestes; este último se abraza
como suplicante a la efigie de la diosa. Orestes pide la protec-
ción de Atenea, pues explica que ha llegado ahí por indicación de
Apolo. Con esta nueva circunstancia, se puede decir que ahora el
joven argivo cuenta con dos deidades que le propician su pro-
tección (vv. 235-243).
Ingresa nuevamente el Coro y toma la palabra la Corifeo; llega
con fatiga porque ha venido persiguiendo como perro de caza a
Orestes, desde Delfos hasta Atenas. La sangre que metafórica-
mente va destilando el matricida es lo que ha conducido a las
Erinias hasta el templo de Atenea donde lo encuentran agazapado
(vv. 244-253).
3.3. Epipárodos (254-275). Al tratarse de una nueva entrada
del Coro, nos hallamos ante una epipárodos, es decir, una párodos
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posterior al primer ingreso de este personaje colectivo. Se des-
cribe nuevamente la escena de Orestes como suplicante y abra-
zado a la estatua de Atenea. Las Erinias exponen el sentido de su
presencia ahí, la gravedad del delito y el porqué de la justicia que
ellas están obligadas a llevar a cabo.
3.4. Continúa la intervención de Orestes y la Corifeo (vv.
276-306). Rhesis de Orestes: él está ya purificado del delito que
cometió; de hecho, ha llegado al templo de Atenea limpio y con
buenos augurios para que la diosa le sea propicia. La alabanza a
la ojizarca como libertadora y deidad justa afianza la idea de que
178 Sobre la definición y la función de la epipárodos, cf. Di Marco 2005, pp.
215-216.
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