Page 254 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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para adueñarse del vecino reino de Quito como antójásele al
P. Velazco, ni la constituyeron los Pescadores diseminados entre
Atico e lio, ni los camanchacos pobladores de la costa compren-
dida entre lio y Tocopilla, ni ios Changos, dueños de las tolderías
miserables que se vieron entre Cerro Moreno y el Paposo.
Unica colectividad del Ecuador de los tiempos incaicos digna,
ocasionalmente de la clasificación de nación con sayanas recono-
cidas dentro del marco del Cuntisuyo peruano, fué aquella cuya
denominación nos es conocida por la de sus capitanes de guerra o
procónsules, los Huancahuilcas (capitanes de guerra, de los Huan-
cas) el cómputo tributario de cuyos aillos constó del qquitu (o
qquepu) que se conservó en su liada principal, llamada durante
los días de la colonia San Francisco “del” Qquitu.
Qquitu, escribe el Etimologista paceño anónimo, fué el ver-
dadero y propio nombre del ramal de cordelillos de valor numeral
y estadístico impropiamente llamado qquepu.
Qquepu y qquepi fué, y sigue siendo, el atado que el indio
suele llevar a la espalda, en que guarda uno que otro objeto de su
pertenencia, y entre éstos el qquitu o ramal de cordelillos que, si
pastor, contuvo la enumeración de las cabezas de ganado confiadas
a su cuidado.
Una confusión entre continente y contenido hizo que de qui-
tu, contenido, se hiciese qquepi, continente, dando lugar a un quid
pro quo que lleva trazas de perpetuarse.
Escribe Mossi en su Diccionario de la Lengua “Quechua”:
“quitu es provincia, sitio, comarca, o territorio situado a la redon-
da de un lugar como en el ejemplo siguiente: Castilla-quitus el
reino de 'Castilla”.
Echase de ver que en este segundo ejemplo el contenido lia
acabado por imponerse al continente.
Filológicamente hablando, quitu fué el consabido ramal de
cordelillos de valor numeral con el cual se llevó la cuenta, por
mano de qquitucamayos, rucanas, o lucanas (contadores), o yu-
panquis (calculistas), de los cacicazgos, aillos e individuos que
contuvo una provincia determinada.