Page 253 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN PERUANA 249
región de puna, donde “ccunutun”, o sea donde hiela; y cuando
decimos Ecuador, nos referimos expresamente al alto Ecuador,
con más uno que otro valle de bajada a la costa, y uno que otro
de penetración a la montaña.
Los habitantes del dicho altiplano ecuatoriano, tan civiliza-
dos cuanto lo permitían las condiciones generales del continente
americano, usaron una indumentaria determinada fueron enten-
;
didos agricultores, vivieron agrupados en aillos, agrupados a su
vez en “marcas”, y pagaron tributo a los soberanos del Cuzco,
sobre la pauta de una contabilidad estadística de que fue abaco
el ramal de cordelillos impropiamente llamado qquepu, cuyo ver-
dadero nombre fue qquitu, según el Etimologista paceño anónimo,
tantas veces citado en nuestros escritos.
En cuanto al territorio costeño propiamente dicho, del cual
los andinos no apreciaron más allá de contados productos, como
ser la sal, el guano, los cueros de lobo marino, las conchas de la
mar (mullus), etc., él fué abandonado a las razas autóctonas, in-
feriores en calidad, no apenas agricultoras, ictiófagas, desnudas
de ropa y de civilización, y menospreciadas de las de tierras aden-
tro, las cuales llevaron marcado el estigma de su inferior cultura,
en los nombres con que fueron conocidas, a saber: ccaras, ccara-
cas, “pelados” o “desnudos”; ccamanchacos, ccampchangos y chan-
gos (en el sentido de espantables o repugnantes), puquinas o “co-
lorados” (por las manchas rojizas de carácter leproso de su epi-
dermis, producidas por su mencionada condición de ictiófagos).
Colocados, de hecho, en el último peldaño de la escala cultural
de las razas americanas, por lo que hace a su organización, no
cabe hablar de una nación ccara, por no merecer un calificativo
semejante el cordón de tribus dispersas y trashumantes, en gue-
rra las más veces con sus vecinos, que hoy se vió en este trecho
de la costa comprendida entre Esmeraldas y el golfo de Gua-
yaquil, y mañana en otro, conforme a los percances de la pesca
a que se dedicaron y de que vivieron.
Ni los Ccaras constituyeron en el Ecuador una entidad digna
de la clasificación de raza lo suficientemente compacta y fuerte