Page 287 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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     tablece las reglas de conformidad a las cuales han de ser veneradas
     las dichas huacas del Cuzco, con relación a su sangre proceden-
     cia e historia que dictamina acerca de la forma exterior de los ho-
                 ;
     locaustos y  de las modalidades consiguientes del rito.
         Perfílase, sucesivamente, dentro de la mencionada casta sa-
     cerdotal cuzqueña, la figura del Wiracocha, o sea la del 'pontífice,
     cuya vestidura empapada en el vaho de los holocaustos, conserva
     la fragancia, grata al olfato indígena, de la wira o “ grasa”, de-
     rretida.
         Hijo de un wiracocha, o con más propiedad hechura del pon-
     tificado máximo que tuvo en sus manos el poder sacerdotal  y  civil, „
     es Pachacutec, siempre que por este nombre se entienda un nuevo
     aillo dinástico, o una nueva dinastía cuzqueña,  y  no un período de
     interregno entre dinastía  y  dinastía, que es lo que nosotros cree-
     mos y  lo que trataremos de demostrar en su lugar.
         Entra a reinar  el  aillo dinástico de los Tupac Yupanquis,
     nombre que parece expresar “el caudillo (rucac) de los Tupac In-
     cas, o de los caudillos militares  y  legisladores que extendieron
     los límites del Estado y  repartieron la tierra conquistada, calcu-
     lada por tupis, o topos, entre los aillos designados para poblarlas.
         Al cabo de una serie de conquistas, que extienden el poderío
     cuzqueño hasta las orillas de Maulé en Chile  y  los llanos de Pasto
     en Colombia, entra a reinar el aillo dinástico Guayna Capac, esto
     es, un aillo nuevo (guayna), desprendido del ayar mayorazgo de
     los Capaes, con lo cual el poder retrocede a sus primitivas fuen-
     tes, esto es, al círculo de las grandes familias agricultoras del bajo
     Cuzco, fenómeno que parece responder a las eras de paz produ-
     cidas por la unificación del imperio, durante las cuales el guerre-
     ro descansó de sus marciales fatigas  y  tornóse agricultor.
         Razones de estado aconsejan a Guayna Capac, a quien un
     . oráculo predice la próxima destrucción del imperio, a unir su san-
     gre, entre otras diversas alianzas, en primer lugar con sangre de
     mujer cuzqueña de la casta de los Cinchis de Hanan Cuzco, en
     quien procrea a Huáscar,  y  en segundo lugar, con mujer cunti-
     suya, nacida en los términos de Quito, dentro de un aillo orejón
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