Page 29 - Vive Peligrosamente
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futuro decidiera mi suerte, y me enfrentaba con él con alegría, ya que
siempre he sido muy optimista.
Hacia el año 1929 el NSDAP hizo su aparición en Alemania, siendo
muy bien recibido. Empezó por ser un grupo muy reducido que fue
aumentando a medida que pasaba el tiempo. Algunos de mis conocidos,
incluso muchos de mis amigos, se hicieron miembros del pequeño partido
que en Alemania empezaba a ser considerado como un movimiento de gran
importancia.
Yo, por mi parte, me limité a estar a la expectativa, esperando a conocer
de una manera plena su forma de actuar y su programa. Esta actitud es
normal, ya que había que considerar que dicho movimiento, al ser fundado
en el extranjero, podía no resultar idóneo y adecuado para nuestro país.
A pesar de todo, me interesé mucho por él; me gustaron los puntos de su
programa que se referían a los problemas sociales y económicos. Incluso el
que se refería al sueño ideal de todos los tiempos: "La unión con
Alemania".
Mis dos primeros empleos de ingeniero diplomado me proporcionaron
la oportunidad de entrar en contacto con las fuerzas laborales. Pude conocer
las preocupaciones y necesidades de las clases sociales "inferiores", que
eran las que más sufrían como consecuencia de la crisis que azotaba al país.
Era significativo que el NSDAP consiguiera muchos adeptos en los medios
obreros, a pesar de que éstos tenían las ideas socialistas muy arraigadas.
Mis continuas conversaciones con los obreros y las consecuencias que
saqué de las mismas me llevaron al convencimiento de que era necesario se
llegara a la implantación de ciertas reformas sociales; que era de vital
importancia la creación de un socialismo moderado, con lo que se podría
lograr la conquista del aumento del nivel de vida de las clases más
necesitadas.
No se me pasó por alto, tampoco, que los partidos socialistas de Austria
y Alemania tenían una visión internacionalista más amplia que la de sus
colegas franceses e italianos. Pude hacer estas comprobaciones en parte
viajando por Italia y Francia, en parte durante mi época de estudiante en la
Escuela Técnica Superior, cuyas vacaciones aproveché para trabajar en
fábricas de Colonia y Linz. Aunque el alemán es conceptuado como "no
excesivamente despierto", hace siempre todo lo posible para superarse a sí
mismo y consigue elaborar ideas muy provechosas.
La solidaridad nacional, tan cacareada y tan deseada por los partidos
socialistas, sólo podía ser alcanzada, en mi opinión particular, mediante una