Page 277 - El Misterio de Belicena Villca
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todos modos, en el “futuro”; el pasado es en cualquier caso motivo de la
indiferencia general.
Este “hecho evidente” representa sin duda un importante triunfo para la
Sinarquía; pero un triunfo que no es definitivo. En efecto, Dr.,Ud. ha visto que la
máxima presión de la Estrategia Sinárquica, se aplica en borrar el pasado, en
oscurecer el recuerdo del Origen Divino, y que tal ataque se produce como
reacción a la acción gnóstica del Gral. Pero el Gral no es sólo un fruto
prohibido, consumido por el hombre en los tiempos remotos, inmediatos a su
esclavización.
El Gral es una realidad que permanecerá en el mundo mientras el último
Espíritu Hiperbóreo continúe cautivo. Por el Gral siempre es posible que el
hombre despierte y recuerde.
Mas, para gozar de su gnosis, es imprescindible comprender que el Gral,
como reflejo del Origen, alumbra en la sangre desde el pasado. Su luz viene al
revés del sentido del tiempo y por eso nadie que haya sucumbido a la
Estrategia Sinárquica podrá recibir su influencia. Ya vio que una poderosa
Estrategia cultural “proyecta al hombre hacia el futuro” e intenta borrar su pasado
y confundir sus recuerdos. Pero el Gral no debe buscarse mirando al futuro
pues así jamás será hallado. En rigor de la verdad el Gral no debe buscarse en
absoluto, si con tal verbo, buscar, entendemos una acción que implique
“movimiento”. Sólo “buscan” el Gral quienes no han comprendido su significado
metafísico y creen, en su ignorancia, que se trata de un “objeto” que puede ser
“encontrado”. Recordaré una de las historias medievales sobre el Gral que,
aunque deformada por su adaptación judeocristiana, conserva bastantes
elementos de la Tradición Hiperbórea. En ella Parsifal, el loco puro, sale a
“buscar” el Gral. Por desconocimiento comete el desatino de emprender la
búsqueda “viajando” caballerescamente por distintos países. Este
“desplazamiento” apunta esencialmente hacia el futuro, porque en todo
movimiento hay una temporalidad inmanente e inevitable, y, naturalmente,
Parsifal jamás “encuentra” el Gral “buscándolo” en el mundo. Pasan así años de
búsqueda inútil hasta que comprende esta simple verdad. Entonces un día,
completamente desnudo, se presenta ante un castillo encantado y, una vez
adentro, se le aparece el Gral (no lo encuentra) y sus ojos son abiertos; advierte
entonces que el trono está vacante y decide reclamarlo, transformándose
finalmente en Rey.
Se debe ver en esa alegoría lo siguiente: Parsifal comprende que el Gral
no debe ser buscado en el mundo (Valplads), a través del tiempo (Conciencia
fluyente del Demiurgo), y decide valerse de una Vía Estratégica Hiperbórea.
Para ello se sitúa “desnudo” (sin las premisas culturales preeminentes) en un
castillo (“plaza” fortificada por la ley del cerco) desincronizándose del “tiempo del
mundo” y creando un “tiempo propio”, inverso, que “apunta hacia el pasado”.
Entonces aparece el Gral y “abre sus ojos” (Recuerdo de Sangre). Parsifal
advierte que “el trono está vacante” (que el Espíritu puede ser recuperado) y
decide reclamarlo (se somete a las pruebas de pureza de las Vías Secretas de
Liberación) y se transforma en Rey (se trasmuta en Hombre de Piedra).
Espero haber dejado en claro que el Gral no debe buscarse pues él
aparece cuando la conciencia del hombre se ha desincronizado del tiempo del
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