Page 280 - El Misterio de Belicena Villca
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Israel, pueblo elegido por Jehová Satanás para que sea su representante
en la Tierra, ¿qué títulos exhibirá como prueba irrefutable de que tal es Su
Voluntad? El Demiurgo, siguiendo su habitual sistema de “imitar”, razona de este
modo: “Si por la Gema de Kristos Lúcifer, el Gral, ha sido divinizado el linaje
hiperbóreo, también por una ‘Piedra del Cielo’ será consagrada la Estirpe de
Abraham. Pondré en el mundo una Piedra en la cual estará escrita Mi Ley como
prueba irrefutable de que Israel es el Pueblo Elegido, ante el cual deberán
humillarse las demás Naciones”.
Tal es la reacción directa del Demiurgo. Elige de entre la hez de la
humanidad al pueblo más miserable y luego de pactar con él le hace “crecer” a la
sombra de Reinos poderosos. Cuando decide que a la “Raza Sagrada” le ha
llegado el momento de cumplir su misión histórica “renueva el pacto” entregando
a Moisés la clave del Poder. Entonces Israel, el linaje más puro de la Tierra,
atraviesa los milenios y marcha hacia su futuro de gloria, mientras los Imperios y
los Reinos se hunden en el polvo de la Historia. Sin duda ha sido efectiva la
reacción del Demiurgo y poderosos han resultado los efectos de Su Piedra, la
fuerza de Su Ley. Por eso cabe preguntarse ¿qué es en realidad lo que Jehová
Satanás entrega a los hebreos como instrumento de poder y de dominación
universal?; lo repetiré sintéticamente: las “Tablas de la Ley” contienen el secreto
de las veintidós voces que el Demiurgo pronunció cuando ordenó la materia y por
las cuales ha sido formado todo lo existente. El conjunto de símbolos contenidos
en las Tablas de la Ley es lo que de antiguo se conoce como Cábala Acústica.
En la Atlántida este conocimiento fue en principio patrimonio de otra “Raza
Sagrada”, pero, más adelante, los Guardianes del Arte Lítico, antepasados del
cromagnón y padres de la Raza Blanca, llegaron a dominarlo por completo.
“Las Tablas de la Ley” son entonces “la Piedra” que el Demiurgo ha puesto
en el Mundo como soporte metafísico de la “Raza Sagrada” a imitación del
conjunto “linaje hiperbóreo / Gral”. Sin embargo, como en todas las “imitaciones”
del Demiurgo, no debe verse aquí una equivalencia demasiado precisa. El Gral,
desde el pasado, refleja para cada uno de los hombres el Origen Divino y
constituye un intento de Kristos Lúcifer por acudir en ayuda de los Espíritus
cautivos o, en otras palabras, la influencia del Gral apunta a lo individual y a lo
espiritual. Las Tablas de la Ley por el contrario, apuntan a lo colectivo, entre
Jehová Satanás y el pueblo hebreo, y, además, su contenido cabalístico revela
las claves que permiten dominar todas las Ciencias materiales.
Si la confusión estratégica, la encarnación, el encadenamiento a la Ley del
Karma, etc., son males terribles que aquejan a los Espíritus Hiperbóreos, la
convivencia terrestre con una “Raza Sagrada” de Jehová Satanás es sin duda la
más espantosa pesadilla, peor aún que cualquiera de las desdichas
mencionadas. Porque, a partir del “pacto renovado” con Moisés, la enemistad
racial entre los linajes hiperbóreos (“heréticos”) y el linaje hebreo (“sagrado”) será
permanente y eterna, con la desventaja irreversible para los primeros de que la
Voluntad infernal del Demiurgo se expresará irresistiblemente a través de los
segundos.
Después de la “aparición” de Israel sólo le queda al hombre la alternativa
dramática de regresar al Origen o sucumbir definitivamente.
Escarbando en el mito hebreo de Abel y Caín, bajo un velo de calumnias,
puede apreciarse una descripción acertada de la enemistad racial y teológica
entre hebreos e hiperbóreos. En dicho mito, Abel, que es pastor de rebaños,
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