Page 273 - El Misterio de Belicena Villca
P. 273

En el Día anterior mencioné “una  Estrategia que los Dioses Leales
                 emplean para contrarrestar a ‘la Cultura’, arma estratégica enemiga” y expliqué la
                 misma, por medio de una alegoría, como consistente en un mensaje carismático.
                 Dicho mensaje perseguía dos objetivos: 1ro.: despertar; 2do.: orientar hacia la
                 “salida secreta”, “centro”, u “Origen”; y, en aquel ejemplo particular, la “salida” se
                 hallaba luego de descubrir “la anilla”, o sea luego de haber hecho consciente el
                 principio del cerco. Sin embargo la segunda parte del mensaje, la Canción de
                 A-mort brindaba, a quien la escuchara, la  posibilidad de “hallar la salida”, por
                 otras seis vías diferentes a la Oposición Estratégica, que se basa en el principio
                 del cerco. De cualquier manera esta Estrategia tal como la he descripto, con sus
                 siete posibles vías de liberación, responde a objetivos puramente individuales, es
                 decir, es dirigida exclusivamente hacia  el hombre dormido. Por eso ahora me
                 toca declarar que la misma forma parte, la parte “individual”, de una concepción
                 mayor, a la que se denomina Estrategia Odal.
                        La Estrategia Odal está dirigida fundamentalmente a obtener la liberación
                 individual del hombre, pero, en ciertas ocasiones históricas favorables, los Dioses
                 procuran “orientar” a la Raza en su conjunto para forzar la mutación colectiva. En
                 ese caso los “líderes”, muchas veces  “enviados” por los Dioses Leales y otras
                 veces “inspirados” por Ellos, se encargan de proyectar carismáticamente en el
                 pueblo las pautas estratégicas, buscando  reintegrarlo a la Guerra esencial.
                 Para que tal tarea pueda realizarse con probabilidades de éxito es necesario que
                 los “Líderes” dispongan de un elemento externo, situado en el mundo, que
                 represente de manera irrefutable el origen Divino de la Raza. Este elemento
                 externo debe dar prueba también del compromiso asumido por los Dioses al
                 “inducir” a los hombres a reemprender la  guerra contra el Creador y de su
                 resolución de “esperar” los Kalpas que sean necesarios mientras ellos ganan la
                 libertad. Por estas condiciones puede  comprenderse que dicho “elemento
                 externo” sea una verdadera Piedra de Escándalo para el Creador y sus huestes
                 demoníacas y que todo Su Poder, o sea el Gran Engaño, esté puesto en lograr
                 su destrucción o en su defecto evitar  que permanezca al alcance del hombre.
                 Pero, a pesar de la contrariedad que tal  acción causaría en el Enemigo, los
                 Dioses han cumplido su parte del Pacto Primordial y, con un desprecio admirable
                 hacia el Poder de las Potencias de la Materia, lo depositaron en el Mundo y lo
                 resguardaron de cualquier ataque para  que los hombres o sus líderes
                 carismáticos lo descubran y se valgan de su significado.

                        La Estrategia Odal de los Dioses se halla, entonces, dirigida a lo interno de
                 cada hombre por los “Cantos carismáticos”, tratando de despertar en ellos el
                 Recuerdo de Sangre y de inducirles a seguir algunas  de las siete vías de
                 liberación. Pero también procura impulsar a la Raza en su conjunto para que
                 cese de marchar en el sentido “evolutivo” o “progresivo” de la Historia y,
                 rebelándose al Plan del Uno, en un salto inverso, trasmute las “tendencias
                 animales” del hombre y recupere su naturaleza Divina Hiperbórea. Para
                 conseguir este segundo propósito, ya no individual sino racial, he dicho que se
                 dispone de un “elemento externo”. ¿Qué  será, concretamente este “elemento
                 externo”, esta “cosa”, a la que he atribuido propiedades tan maravillosas?: Se
                 trata de algo cuya sola descripción llevaría varios volúmenes y que, en Días
                 anteriores, he llamado “Gral”. Siendo imposible revelar aquí un Misterio que ha


                                                           273
   268   269   270   271   272   273   274   275   276   277   278