Page 353 - El Misterio de Belicena Villca
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Holocausto de Agua, Mem; y, con ese Poder, sacrificar a YHVH los Tres Imperios
                 paganos existentes mas allá del Mar Tenebroso. En esos días, los Golen se
                 hallaban fuertemente infiltrados en la Orden de San Francisco, que en Huelva
                 ocupaba el Santuario de Nuestra Señora de la Cinta, en Palos el Convento de
                 Nuestra Señora de la Rábida, en Moguer el Monasterio de Nuestra Señora de la
                 Granada, etc. Desde esas iglesias alentaban en secreto el funcionamiento de una
                 logia masónica Templaria a la que estaban adheridos numerosos laicos de la
                 nobleza andaluza, entre ellos el Duque de Medinacelli: los Iniciados de la logia
                 ostentaban el título de “Caballero Templario” y repetían los antiguos Ritos de
                 adoración a Bafomet de la Orden extinguida en 1307. Esta logia es la que
                 concede a Quiblón la última iniciación  y lo prepara esotéricamente para recibir la
                 Shekhinah. Permanece entregado a esa empresa en el Castillo de Medinacelli
                 hasta 1486, fecha en la que el mismo Duque anuncia a los Reyes Católicos la
                 presencia del hombre que descubrirá para España los extensos y ricos países del
                 Oeste.
                        Los soberanos están dedicados a completar la Reconquista y ello causará,
                 inevitablemente, que tarde o temprano caiga Granada en manos cristianas: ésa
                 sería la señal esperada por Quiblón. Entonces recibirá el Verbo de Metatrón y su
                 Poder será incomparable. Hasta ese  momento se mostrará como un humilde
                 explorador, sólo deseoso de servir al Reino; luego de la caída de Granada, tal
                 como lo profetizaran Bera y Birsa, su voz será la Voz de YHVH y sus ambiciones
                 irán parejas con su Poder; y nadie, ni los Reyes, podrán resistir a las solicitudes
                 de quien va a viajar hasta las Puertas del Paraíso Terrenal. Pero es necesario
                 hacer conocer previamente los planes de Quiblón, familiarizar a los Reyes y a la
                 Corte con el futuro Almirante de la Mar Océana. Y es por eso que ya en 1486 los
                 Golen arreglan la primera entrevista de Quiblón con Don Fernando y Doña Isabel,
                 que se hallaban a la sazón en Córdoba.
                        Como es lógico los Domini Canis también integraban la Corte y estaban
                 dispuestos a detener a cualquier judío o converso que intentase proponer un plan
                 que derivase en “la Gloria y la Victoria  del Pueblo Elegido”, o en “el Triple
                 Holocausto de unos pueblos desconocidos a Jehová Satanás”. El Capitán Kiev,
                 El Señor de Venus, había revelado 180 años antes que ello sería anunciado por
                 un hebreo “Quiblón”, al que sería difícil detener. Así, pues, los Domini Canis se
                 mantenían alerta, pero ignoraban completamente que el Poder de Quiblón se
                 manifestaría al final, luego de la simbólica caída de Granada. Y en consecuencia
                 no sospecharon que Colón, un hombre insignificante y alucinado, pudiese ser
                 Quiblón, el Representante Mayor de las Potencias de la Materia. De cualquier
                 manera, Fray Hernando de Talavera, el Domini Canis que los Reyes nombraron
                 para estudiar la propuesta de exploración de Colón, dio un fallo adverso y procuró
                 desprestigiar al visionario enviado de los Golen.
                        Empero, la Corte estaba infectada por Caballeros Templarios o Golen, que
                 apoyaron durante años a Colón: el Cardenal Pedro González de Mendoza; el
                 Contador Mayor del Reino, Don Alonso de Quintillana; el preceptor domínico del
                 príncipe Don Juan, Fray Diego de Daza; el Camarero del Rey, Don Juan Cabrero;
                 el Comendador Don Gutierrez de Cárdenas; el astrónomo franciscano Fray
                 Antonio de Marchena; etc. Y, la ayuda más efectiva: la de Luis Santangel, el
                 Escribano de Ración de la Corona aragonesa, especie de secretario del Rey de
                 Aragón; quien era poderoso banquero y pertenecía a una familia hebrea
                 recientemente convertida al cristianismo. Este personaje siniestro, en

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