Page 350 - El Misterio de Belicena Villca
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Ya no había esclavos en Borsippa; el linaje de Yah, la sangre de Abram,
los pastores habiro, serían salvados. Pero tampoco había cobardes para huir
cuando la lenteja plateada apareció en el cielo. Todos quedaron mudos de
asombro mientras el gran ojo de plata emergía de una sospechosa nube. Y
todos murieron en sus puestos cuando el rayo atómico dio de lleno en la Torre de
Nimrod. El calor desarrollado fue tan tremendo que la arena se fundía y
chorreaba como el agua. Un huracán mortal, un círculo expansivo de fuego,
partió de Borsippa matando a cualquier ser viviente en diez millas a la redonda.
Se empleó otra de las armas tácticas atlantes dando así cumplimiento al
ruego que Enlil y Shamash hicieran al Perro del Cielo, Sirio-Sión, y que la
Princesa Isa presenciara. Y una vez consumado el ataque, la lentícula de plata
desapareció de toda vista física para retornar al centro de donde había sido
proyectada, en Chang Shambalá.
Al disiparse el humo sólo se sostenía en pie la séptima parte de la Torre de
Nimrod; Shamash continuaba su viaje hacia el Occidente y el árbol espino y la
Puerta del Cielo ya no existían. La pesadilla había terminado: el Umbral estaba a
salvo para continuar prestando sus servicios a las iniciaciones sinárquicas y los
Hijos del Sol de Medianoche habían fracasado nuevamente.
Sólo quedaría el recuerdo racial de la gran hazaña de Nimrod y los restos
calcinados de su Torre, tal como pueden verse aún hoy en la Torre de Borsippa,
con la arena vitrificada por el calor nuclear adherida todavía, tras los milenios, a
sus muros. Y también perdurarían las calumnias inventadas por los pastores
habiros y recogidas por la tradición árabe y judía. En el Talmud y en diversos
escritos rabínicos puede leerse, convenientemente alterada, parte de esta
historia. Se menciona allí a la Torre de Nimrod “desde la cual sus arqueros
disparaban flechas al Cielo”, el “orgullo luciférico” del Rey Kassita, su Torre
“confundida” con la de Babel, etc. También se han hallado tablillas de arcilla
grabadas en escritura cuneiforme, que cuentan más objetivamente los hechos, y
numerosos Kudurros, piedras grabadas que solían colocarse en Templos o como
límites territoriales, con referencias a la hazaña de Nimrod.
Quizá de todas las falsificaciones hechas en torno a esta gesta hiperbórea,
la más insidiosa sea la referencia de H.P. Blavatsky en la Doctrina Secreta,
adonde se escribe que “una élite de sacerdotes asirio-babilónicos descubrió la
manera de escapar al Plan de Evolución del Logos Solar y abandonó la Cadena
Planetaria, junto con su pueblo, rumbo a las ‘estrellas’, donde continúan su
evolución”. Es decir que la mencionada agente de la Sinarquía pretende
capitalizar la hazaña de Nimrod en favor de las teorías sinárquicas.
El resto del pueblo Kassita continuó dominando durante un tiempo pero
finalmente se fundió con sus primos Hititas pues, ya se ha dicho, “una Raza que
pierde sus Iniciados cainitas es una Raza moribunda” y, junto con Nimrod, habían
partido para siempre la Elite de Iniciados cainitas. Sin embargo la expansión
Hitita llevó a habitar nuevamente Borsippa, la cual fue en parte reconstruida, pero
nadie se atrevió a tocar las ruinas de la terrible Torre.
En Chang Shambalá siempre está presente la historia de Nimrod y con la
consigna de evitar futuros intentos de ese tipo es que muchos “enviados” se han
ocupado durante siglos de eliminar pruebas al respecto y de confundir sobre la
metodología táctica empleada en el ataque. Bera y Birsa han sido dos de los
Inmortales de la Fraternidad Blanca que más han trabajado en este sentido. Sin
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