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elevado nivel de colesterol, pasando por dolencias hepáticas o reumatismo. En la feria
franca de Oberá, uno de los que más sale es la „cangorosa‟. De aspecto verdoso, esta
planta crece todo el año y es muy consumida para calmar cuadros de gastritis-, afirman
los feriantes del lugar”. Según otro vendedor, que habla con Primera Edición, el cual
afirma que “es el usuario el que decide el modo de ingestión o aplicación para cada
yuyo. Las opciones son varias (en el mate, en tés, en las comidas, etc.) pero en algunos
casos ciertas formas de consumo traen aparejados mejores resultados. Por otro lado,
cuentan los colonos, que “a raíz del excesivo uso de fertilizantes y agroquímicos en la
zona, muchas de las plantas medicinales que antes abundaban hoy escasean y son muy
difíciles de conseguir. Un caso es la popular “manzanilla”, una delicada hierba
digestiva y tranquilizante” (Primera Edición, 2009).

Todos estos estudios realizados, indican que las plantas medicinales representan
una temática no solamente de interés por gran parte de la población, sino que resulta ser
una práctica común, la cual puede ser llevada a cabo sin el conocimiento y la
responsabilidad que ello requiere. Es por esto que, la propuesta del presente proyecto es
establecer puentes entre las diferentes experiencias y saberes populares con el
conocimiento científico, trabajando juntos para intercambiar, fomentar y reforzar el
desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas oportunas y fundamentadas.

Epistemológica:

Actualmente, el nuevo paradigma de la salud inscribe la prevención en una
perspectiva positiva. Ésta hace referencia a una visión holística del ser humano, a la
búsqueda de un equilibrio constante entre el individuo y su ambiente sociocultural. Por
lo tanto, el presente proyecto se aborda desde una perspectiva integral, tomando como
referencia el Modelo Participativo de Educación para la Salud, el cual intenta generar
en cada uno de los individuos responsabilidades y autonomía en el manejo de su salud,
así como solidaridad y compromiso respecto de la salud de los miembros de la
comunidad (Sciotto, 2002), por lo tanto este modelo es “facilitador de la acción”, el
cuál es producto de una construcción compartida, en la que participan todos los actores,
dado que la utilización de las plantas medicinales se denota tanto en las grandes urbes
como en zonas rurales, donde además la preservación de las plantas medicinales en su
medio natural es parte del cuidado de la salud y del medio ambiente.

Por lo demás, es importante resaltar que el consumo de las hierbas naturales
muchas veces se realiza sin conocer claramente cuáles son los riesgos que pueden
acarrear a la salud, no conociendo la dosis correcta, las mezclas adecuadas o las
contraindicaciones en distintos casos, como en niños o embarazadas. Por lo tanto, el
gran objetivo de este modelo es la generación de conciencia de riesgo, donde la
Educación para la Salud (EpS) se ocupa de promover un comportamiento sano
ayudando a la gente a comprender su comportamiento y como éste afecta a su salud
(Sciotto, 2002). Como menciona Gavidia (1993) la EpS, informa, motiva y ayuda a la
población a adoptar y mantener estilos de vida saludables.

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