Page 97 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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Una de las misiones principales el NSKK es la de instruir a las nuevas generaciones del
Partido, de las juventudes hitlerianas y del Servicio de Trabajo obligatorio, para
alistarlas en la conducción de automóviles, de forma que lleguen a tener conciencia de
su responsabilidad y sólidos conocimientos técnicos. En las escuelas deportivas,
diseminadas por toda la nación, el NSKK ha creado un cuerpo de instructores que en
cursos de 6 semanas enseñan metódicamente los conocimientos técnicos y deportivos
así como los del ideario del Partido.
Muy importante es el deporte practicado a campo raso por el NSKK; estos ejercicios
exigen resistencia, energía, decisión, instinto de orientación, agilidad física y
camaradería y han producido ya una serie de espléndidos resultados, entre los cuales
podemos citar el día de las carreras automovilísticas alemanas; la carrera de 2.000
kilómetros alrededor de Alemania; las carreras internacionales de motocicletas, de los
seis días, al pié de los Alpes bávaros; las pruebas de la Prusia oriental y de las montañas
de mediana altura de Alemania y, por último, la serie de triunfos conquistados en las
carreras internacionales de automóviles. Los éxitos obtenidos sirvieron de inmejorable
propaganda para la exportación de automóviles alemanes. Los jefes del NSKK
transmiten a los técnicos sus observaciones y experiencias acumuladas en las numerosas
competencias deportivas impulsando de este modo a la industria alemana.
El NSKK, en colaboración con el Club Automovilista Alemán, procura introducir, en el
país motorizado, una rigurosa disciplina del tráfico; cosa que no se puede realizar mejor
mediante la subordinación voluntaria de todos sus miembros
Los Congresos del Partido
El Partido nacionalsocialista presenta sus manifestaciones dentro de un magnífico
marco que ofrece a participantes y espectadores una verdadera vivencia. El desfile y
distribución de las masas, la disposición de las banderas, la marcha, han sido y siempre
son objeto de la más escrupulosa preparación. Particularmente los Congresos del
Partido han aumentado cada vez más sus proporciones gigantes dejando a los millones
de nacionalsocialistas de todas las formaciones, y a los huéspedes alemanes y
extranjeros, un recuerdo imperecedero de ese importante congreso anual que también en
su forma exterior reviste gran magnificencia.
Como lugar fijo para celebrar los Congresos del Partido, Adolfo Hitler ha designado la
bella y antigua ciudad de Nuremberg. En la amplia llanura que se extiende delante de la
ciudad se han construido edificios especiales para este fin. El enorme anfiteatro de la
Pradera Zeppelin ofrece espacio a 100.000 espectadores para presenciar la parada y las
maniobras de 150.000 miembros del Partido. La Pradera Zeppelín está rodeada por tres
lados de torres y tribunas destinadas al público; en el cuarto lado se alza la tribuna para
los huéspedes de honor con una plataforma, construida en la parte delantera, desde la
cual habla el Führer.
No lejos de este lugar se extiende la grandiosa Plaza de Luitpold con el monumento
erigido en memoria a los muertos de la guerra mundial; en ella pueden desfilar 100.000
hombres.
La gran sala para las reuniones oficiales ha resultado insuficiente, por este motivo se
levantará una nueva -Sala de los Congresos- de proporciones gigantescas. Debe dar
cabida a 60.000 personas, además una hermosa sala de conciertos, así como otras para
sesiones especiales. A este conjunto de edificios del Partido en Nuremberg pertenecen
además la Casa de la Cultura, el Stadium alemán -el mayor campo de deportes del
mundo- destinado a los campeonatos del Partido, el enorme Campo de Mayo -cinco
veces más grande que la Pradera Zeppelín- capaz para 2 millones de personas, y, por
último, la Avenida de los Desfiles, de 100 metros de ancho.
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